La motivación para ser padres es, a primera vista un deseo consciente y controlado por la voluntad. Sin embargo, hemos de considerar, que el deseo de hijo puede escapar a nuestra voluntad y que los escenarios de la parentalidad pueden desarrollarse entre lo consciente, lo voluntario y lo inconsciente.
Abordaremos los distintos componentes de la motivación de la parentalidad en un recorrido que va, desde lo más consciente, hasta lo que podemos percibir y comprender como motivación inconsciente. Visitaremos la teoría de la autodeterminación que ha sustentado la corriente motivacional y evocaremos el «bebé imaginado», constructo teórico que contempla la interacción de los diferentes componentes del deseo de hijo.
Sabemos que la calidad de los primeros vínculos, las primeras relaciones, influyen en la salud física y psicológica del niño y en su capacidad de desarrollo. A su vez, las primeras relaciones están influenciadas por la experiencia del embarazo, la relación íntima de la díada y de la tríada durante la gestación, también por lo que sucede en el psiquismo de los padres, sus representaciones conscientes o inconscientes, sus experiencias, sus deseos, su motivación. Todo ello nos lleva a pensar que un mejor conocimiento de las motivaciones de los padres, de su bebé imaginado, puede ayudarnos a prevenir dificultades de ajuste emocional tras el nacimiento favoreciendo la instalación de unos vínculos seguros.
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