CAIRN-MUNDO.INFO : Mundo Plural
figure im1

1La «clean meat», «carne limpia», «carne cultivada» o «carne in vitro» es una innovación inscrita en el centro de un paradigma de producción alimentaria emergente: la agricultura celular. [2] Según sus promotores «la agricultura celular, abreviada también como Cell-Ag, es la ciencia o la producción de productos animales empleando células animales en vez utilizar animales enteros». [3] Esto incluye, pero sin limitarse a ellos, los «productos animales destinados a la alimentación como la carne, la leche y los huevos, así como el cuero, la seda y el cuerno de rinoceronte». [4] Se trata de proveer productos animales no manchados de muerte animal, es decir, moralmente «clean», pero también concretamente no contaminados por el cuerpo «sucio» del animal de granja. Esto se realiza cambiando el nivel de extracción de la materia animal: la célula en vez del animal, la incubación en lugar de la encarnación. Así lo expresa Mark Post, biólogo holandés pionero de este tipo de investigaciones y actualmente director de la startup Mosa Meat, financiada por Serguéi Brin (cofundador de Google), por Bell Group Food y por M Ventures (el fondo de inversiones de la empresa farmacéutica Merck): «la carne in vitro de bovino es cien por cien natural y crece fuera de la vaca». [5] Veremos que esta afirmación remite a una base común de representaciones compartidas por los biólogos, los académicos y los militantes que defienden esta innovación.

2La clean meat es presentada como una innovación extraordinaria. Aquí intentaré demostrar que no es así y que, a contrario, es una prolongación de la industrialización de la ganadería, emprendida en el siglo XIX por la ciencia y la industria. Examinaré en primer lugar los actores movilizados en torno a esta innovación y sus argumentos para defenderla, luego los vínculos con el campo científico de los animal studies y finalmente el impacto que podría tener en el sistema agroalimentario y en nuestras relaciones con los animales.

De la zootecnia a la Cell-Ag, un proceso de reducción del nivel de extracción de la materia animal

3La zootecnia, que (señalaba André Sanson, veterinario y luego profesor de zootecnia) es la «tecnología de las máquinas animales o la ciencia de su producción y de su explotación», [6] vio la luz a mitad del siglo XIX, desarrollada por agrónomos, veterinarios y personalidades relevantes. Basándose en nociones herederas de Descartes y de Bacon, conceptualiza la «producción animal», es decir, una relación instrumental con los animales de granja y les atribuye un estatus de máquina (la vaca, la cerda, etc.) o de producto (la ternera, el cerdo, etc.) al igual que el alto horno o el carbón. Desde el punto de vista de la zootecnia, el objetivo del trabajo de los campesinos es producir la materia animal de la manera más eficaz y rentable posible. Como señala André Sanson, «así establecimos una noción relativamente nueva que consistía en entender la explotación de los animales agrícolas desde la necesidad de producir beneficios directos». [7] Los animales eran en efecto hasta entonces considerados por los agrónomos como un mal necesario en la agricultura (para la fertilización), aunque fueran para los campesinos compañeros de vida y de trabajo. [8] El carácter minero de la explotación de los animales se acentuó en el siglo XX (inseminación artificial, transferencia de embriones, genómica, etc.) y alcanza hoy en día una dimensión nueva con la extracción de la materia animal directamente a partir de la célula y del ADN (y no a partir del animal entero o de los gametos). Los creadores de la agricultura celular no consideran sin embargo su creación en continuidad con la industrialización de la ganadería, sino que se describen a sí mismos como unos pioneros que tienen la misión de salvar el planeta y los animales. Ahora bien, al igual que en el siglo XIX, el motor de estas innovaciones es ante todo económico. Esto no impide que se apuntale con un discurso moral, apoyado también por las asociaciones de «defensa» [9] de los animales y las comunicaciones de las startups. Para sus promotores, la clean meat sería el vector de un «mundo mejor» ya que este se basaría en una agricultura sin ganadería. Detrás de esta idea encontramos teorías procedentes de trabajos académicos, concretamente enmarcados en el campo de los animal studies, que son los que aportan los fundamentos teóricos para la «causa animal». Y este campo a su vez se articula a partir de la ética animal, que examina nuestras relaciones con los animales desde el punto de vista de la moral. [10]

figure im2

Los actores de la clean meat

4La idea de producir sustitutos para la carne no es nueva, pero desde los noventa se ha reactualizado con el desarrollo de la ingeniería de tejidos. Esta encontró, más allá de sus aplicaciones en la medicina regenerativa, una vía de aplicación potencial en la alimentación. Después de haber sido un campo reservado de algunos equipos de investigación, un número creciente de start-ups se lanzaron hace algunos años a este tipo de innovaciones. [11] Estas empresas están sólidamente apoyadas por las GAFAM, [12] por fundaciones «sin ánimo de lucro» o con ánimo de lucro (The Cellular Agriculture Society, The Good Food Institute, Future Food, etc.), por fondos de inversiones (Horizons Ventures, M Ventures, Starlight Ventures, etc.) y por actores de primera línea del sector agroalimentario (Tyson Foods, Cargill, Bell Group Food, etc.). Están apareciendo en diferentes países, principalmente en Estados Unidos, pero también en Países Bajos, Israel, Japón o Francia, y se están especializando progresivamente (en tejido muscular, graso, colágeno o en carne para animales). [13]

5Los «defensores» de los animales por su parte detectaron rápidamente en estas innovaciones las soluciones alternativas que les faltaban. Por ello, desde 2008, la asociación estadounidense People for the Ethical Treatment of Animals (PETA – Personas por el Trato Ético a los Animales) ofrecía un millón de dólares al laboratorio capaz de producir pollo in vitro, a condición de que el gusto y la textura fueran indistinguibles de las de un «verdadero» pollo, [14] tanto para los vegetarianos como para los consumidores de carne. A falta de ganador, el premio se postergó a 2014 y luego, al parecer, se aplazó sine die. PETA sigue apoyando este modo de producción, puesto que, «ya que muchas personas siguen sin estar dispuestas a renunciar a la dependencia de la carne, PETA desea ayudarles a pasar a una carne que no cause ni sufrimiento ni muerte». [15] Son muchas las asociaciones de «defensa» de los animales que se han convertido en heraldos de la clean meat. Así, en Bélgica, GAIA gestiona un sitio web [16] específicamente dedicado a la «carne cultivada» que pretende «reconciliar a los amantes de la carne y los amigos de los animales». Hay que señalar que los miembros de estas asociaciones veganas no se plantean comer esta clean meat, [17] sino que la promueven para los consumidores habituales, omnívoros, en sustitución de la carne procedente de los sistemas de producción ganadera industrial o tradicional.

Human-animal studies y animal studies

6Uno de los actores importantes en el desarrollo de la clean meat es, indirectamente, el entorno académico, concretamente el estadounidense, que está en el centro del polémico mundo de los animal studies (AS). Este campo pluridisciplinar, al hilo de los vínculos establecidos desde el siglo XIX entre ciencia y «causa animal», se construyó asumiendo una proximidad creciente entre investigación universitaria y militancia proanimal. [18] Si las investigaciones anteriores en el campo de los human-animal studies (HAS) examinaban las relaciones entre humanos y animales, los AS han dirigido su atención no tanto a este vínculo sino a la crítica de la explotación y la dominación.

figure im3

7En su obra Animals and society, publicada en 2012, Margo DeMello presenta así los HAS: «Los human-animal studies (HAS) —a veces denominados antropozoología o animal studies— es un campo interdisciplinar que explora el espacio que los animales ocupan en los mundos sociales y culturales humanos y las interacciones que los humanos tienen con ellos. En el centro de este campo se encuentra la exploración de los vínculos entre la vida animal y la sociedad humana». [19] En cambio, la definición de los AS remite, en esta misma obra, a las ciencias naturales y concretamente a los debates sobre la experimentación animal. Aunque la intención de los HAS era estudiar las relaciones entre humanos y animales, la intención tiende progresivamente a examinar las relaciones entre los humanos y los otros animales y a conceder un lugar cada vez mayor a la cuestión de la dominación. El paso de los HAS a los AS refleja la intención de desvincularse del antropocentrismo y poner a los animales en el centro del análisis. Esta posición zoocentrada, actualmente mayoritaria en el campo de los AS se basa, en efecto y como señala Jérôme Michalon, en una crítica del antropocentrismo de los HAS y en la voluntad de reevaluar el papel de los animales en las sociedades humanas. Se trata de tener en cuenta sus puntos de vista y sus intereses propios, siguiendo en esto la revalorización de otros puntos de vista minoritarios que construyen el campo de los diferentes studies (gender studies, postcolonial studies, etc.). [20] Se puede constatar una progresiva radicalización de esta posición zoocentrada que se despliega en el campo de los critical animal studies y que legitima la doble posición de científico y de activista. [21] En lo que respecta a los animales domésticos, esta perspectiva zoocentrada oculta el hecho de que los animales domésticos coexisten con los humanos esencialmente en el campo del trabajo. Pretender tener en cuenta el punto de vista de los cerdos, las vacas o las ovejas fuera de sus relaciones de trabajo con los humanos es un sinsentido. Un animal doméstico es un animal-con-humano. Lo que caracteriza su existencia es la centralidad del trabajo y su inserción en el mundo humano. En esta perspectiva, tener en cuenta su punto de vista es asumir que el animal doméstico existe en el mundo humano del trabajo, pero que al mismo tiempo sigue inscrito en su propio mundo, de cerdo, de vaca o de oveja. [22]

8En el prefacio a la obra Theorizing animals. Re-thinking humanimal relations, [23] Lynda Birke subraya la necesidad de construir un marco teórico en ciencias humanas y sociales que permita comprender nuestras relaciones con los animales y participar en sus transformaciones. Estas transformaciones pueden basarse no solo en el análisis de estas relaciones sino, tal y como propone en esta misma obra Nik Taylor, partiendo de la teoría del actor-red, [24] centrándose en el animal en sí mismo como «actante»; desgraciadamente desde un punto de vista abstracto, desvinculado del trabajo. [25] Esta abstracción y esta ocultación del trabajo, que resulta bastante recurrente, ha traído como consecuencia la omisión de la dinámica histórica de los vínculos de domesticación, del proceso de industrialización de la ganadería, de las diferencias fundamentales entre «ganadería campesina» y «producciones animales» [26] y de la centralidad del trabajo en nuestras relaciones con los animales. Ocultando en particular la cuestión del trabajo, los HAS hicieron desaparecer el sentido de nuestras relaciones con los animales y, a falta de especificidades teóricas, fueron absorbidas por los AS. [27]

Animal studies y carne in vitro

9Los AS, como campo académico nutrido esencialmente por autores que buscan la «liberación» de los animales, al menos en una buena parte de sus contribuidores, estaban sin embargo hasta hace poco en un estancamiento práctico en relación con los medios concretos y con las consecuencias que esta «liberación» puede implicar para nuestros vínculos con los animales, el entorno, la alimentación, etc. Dos vías de resolución se abrieron en estos últimos años. En primer lugar, una pista teórica, que se abrió con la aparición de Zoópolis, [28] la nueva biblia de los «defensores» de los animales, paradójicamente invocada incluso por las asociaciones abolicionistas. [29] Los autores de Zoópolis, rompiendo con el abolicionismo y con las teorías de los derechos de los animales, vuelven a las fuentes de los HAS destacando la importancia de nuestras relaciones con los animales. Proponen resolver la aporía que consiste en pretender «liberar» los animales domésticos a la vez que vivimos con ellos y reemplazarla por lo que es en realidad otra aporía, la que consiste en pretender vivir con animales domésticos sin el trabajo y sin la muerte. Este objetivo es una aporía porque nuestras relaciones con los animales domésticos están construidas por el trabajo. Sacar a los animales del trabajo es sacarlos de la sociedad. Tenemos el ejemplo de los burros, excluidos del trabajo por la mecanización y cuya permanencia en Francia y en otros países europeos tan solo se debe a su vuelta al trabajo en nuevas funciones como el turismo o la producción lechera. Lo mismo ocurre con los elefantes en la India, apartados del trabajo por la mecanización y que se han reconvertido al turismo. [30] Además, la muerte de los animales es un componente inevitable de nuestras relaciones, porque vivimos en sistemas de cría ganadera limitados, que implican que si unos animales nacen otros animales deben irse. [31] A no ser que sean esterilizados, lo que equivale a hacerlos desaparecer progresivamente. Tengamos en cuenta que la muerte de los animales no afecta solo a los animales de la granja. Los animales de compañía también se ven ampliamente afectados, al terminar su vida muchos de ellos con la eutanasia aplicada por un veterinario.

figure im4

10Para los autores de Zoópolis la domesticación sigue siendo un mal original, pero es un mal que no puede ser destruido sin pérdidas relacionales y afectivas. Se trata por lo tanto de aceptar la permanencia de nuestros vínculos, al menos temporalmente. El modelo de nuestras relaciones domésticas debe ser el del animal de compañía libremente inserto, a través del reconocimiento de su ciudadanía, en las actividades de la comunidad y no ya el animal en el trabajo. Sin embargo, estos autores son incapaces de establecer la diferencia entre participación libre en el trabajo [32] y «uso» de los animales. Esto lleva a que, por ejemplo, las vacas, a no ser que se convirtieran en animales «de compañía», [33] se verían excluidas rápidamente de la comunidad de los humanos, puesto que todo trabajo de producción lechera sería una relación de explotación. Aunque Zoópolis pretende así dar herramientas conceptuales para pensar la relación con los animales domésticos sin el trabajo y sin la muerte, algo en lo que fracasa, [34] abre sin embargo el camino (al igual que la obra de Singer o de Francione) a perspectivas prácticas que encajan con las ideas de fondo defendidas en la mayoría de las obras de los AS, es decir, que matar los animales es un crimen y que el consumo de carne procedente de los mataderos es ilícito. [35]

figure im5

11Como complemento a esta propuesta se ha impuesto otra pista de reflexión, más concreta: la agricultura celular (Cell-Ag), es decir, la agricultura sin ganadería. Basándose en las teorías desarrolladas por un gran número de autores de los AS, los creadores de la Cell-Ag proponen mantener el objetivo de fabricar productos animales excluyendo a los animales y por lo tanto, y puesto que la producción está hecha a partir de la célula, excluyendo el trabajo y la muerte. Es en este punto donde podemos constatar la circulación de teorías y la yuxtaposición de compromisos entre la «causa animal», defendida por académicos y militantes, y la agricultura celular. Así Peter Singer, el pope de la «liberación animal», es ahora miembro de la Cellular Agriculture Society. Nick Cooney, fundador de Mercy for Animals es también uno de los cofundadores de The Good Food Institute y de los fondos de inversiones New Crop Capital. Paul Shapiro, que era vicepresidente de la Humane Society of the United States creó la empresa The Better Meat Co. y afirma que «cuando consideramos a qué punto la producción de carne está fuera de lo natural, de lo sostenible y de lo humano en la actualidad, la clean meat aparece como la opción naturalmente preferible». [36] Opinión que comparte el escritor Jonathan Safran Foer, que milita por una agricultura sin ganadería para salvar el planeta, siendo «la ganadería industrial» la primera causa de desregulación climática desde este punto de vista. [37] Como hemos visto, esta connivencia no es disimulada: muchos académicos, que son puntales de la clean meat, destacan su compromiso militante proanimal.

Lo que la clean meat cambiará y no cambiará

12Basándonos en las teorías desarrolladas en el campo de los AS y teniendo en cuenta la militancia que le acompaña podemos preguntarnos lo que la clean meat cambiará (en nuestra alimentación, nuestras relaciones con los animales, la ocupación de los territorios, etc.) y permitirá que no cambie (la sociedad liberal, el sistema económico capitalista, etc.).

13La clean meat es defendida por los militantes de la «causa animal» y por científicos como la solución más eficaz para luchar contra los efectos nefastos de la «ganadería» sobre el clima y para limitar la violencia contra los animales. Su propuesta consiste en reemplazar los sistemas industriales de producciones animales por la producción de carne (y otros productos de origen animal: leche, huevos, etc.) in vitro. La idea de los militantes, siguiendo el modelo propuesto en Zoópolis, es preservar nuestros vínculos con los animales fuera del trabajo y de la producción alimentaria, adoptando el veganismo o, en su defecto, basándonos en la agricultura celular (en el caso de aquellos que insisten en seguir comiendo productos «animales»). La idea de algunos parece ser consentir o incluso promover la agricultura celular, imaginando a la vez el mantenimiento de formas de ganadería no industriales. Esto permitiría cambiarlo todo para que nada cambie, es decir, una producción alimentaria a dos velocidades, «comida basura» industrial biotech para unos y productos de calidad, o incluso de lujo, para otros: carne pero también queso (procedente no de incubadoras, sino de la leche de algunos rebaños de vacas o de cabras que sobrevivirán en territorios conservados como indios en sus reservas).

figure im6

14Esta perspectiva de mantener la cría de ganado en coexistencia con la agricultura celular me parece también muy ilusoria, porque la clean meat corre el riesgo de tirar el grano con la paja, la ganadería campesina con las producciones animales industriales. En efecto, la cría ganadera, tal y como existe actualmente, es el resultado de la resistencia persistente de campesinos a la destrucción de su oficio por la industria y por la administración. Es extremadamente frágil y depende de las alianzas que logre establecer con actores interesados en su supervivencia (consumidores, protectores del medio ambiente, protectores de los animales de granja, etc.). Y se beneficia en la actualidad de un valor añadido moral en el trato de los animales en oposición a los sistemas industriales. Este valor añadido desaparecerá con la clean meat. Además, la ganadería no podrá ser preservada como actividad marginal, al ser los ganaderos responsables de individuos, de rebaños y de poblaciones. Si es posible ver algunas ovejas con buena salud en un parque parisino es porque existen rebaños (de los cuales estos animales proceden) y, más allá, poblaciones cuyo número asegura la diversidad genética. Son estas poblaciones las que ocupan los territorios en Francia y en todo el mundo y aportan alimentos, basándose en una biodiversidad doméstica. Además, el trabajo ganadero remite a conocimientos prácticos complejos, tanto del lado humano como del lado animal y si la mayoría de los ganaderos y de los animales de granja desaparecen, sus competencias desaparecerán con ellos.

15Esta perspectiva de coexistencia sostenible parece ilusoria, además, porque se desplegarán de nuevo en estas evoluciones las relaciones de clase que articulan la evolución de nuestras relaciones con los animales. Finalmente, después de haber logrado hacer desaparecer prácticamente la ganadería, las élites se beneficiarían de estas formas mínimas de supervivencia y de una alimentación de lujo, mientras que las clases populares, criticadas por su inmoralidad, quedarían condenadas, muy a su pesar, a una alimentación procedente de la agricultura celular. Podemos pensar, como imaginaba Claude Lévi-Strauss, [38] que la caza y el consumo de carne constituirán entonces finalmente el lujo y la transgresión última. Esta perspectiva parece peligrosa desde el punto de vista de las relaciones sociales, salvo que renunciemos a toda forma de justicia alimentaria.

16La llegada de la agricultura celular tendrá probablemente otra consecuencia: vincular los valores atribuidos hoy al veganismo a sustitutos animales cuyo valor ético constituirá el primer criterio de venta («buenos para el planeta», «garantizados sin muerte animal»). Esto permitirá que los aspirantes a la virtud dejen ya de poner en manos del veganismo su tendencia a proteger a los animales y al planeta, y que lo pongan en cambio en manos del «mundo mejor» prometido por las startups. Hay que señalar en efecto que el veganismo, que es la herramienta concreta de aplicación de las teorías de la ética animal en la vida cotidiana (nada de alimentación procedente de animales, es decir, nada de carnes, ni productos lácteos, ni miel, etc.) es un proceso restrictivo y arriesgado para la salud. [39] Será mucho más fácil dar pruebas de actitud ética consumiendo sustitutos procedentes de la agricultura celular. La agricultura celular apoyada por las asociaciones veganas corre el riesgo de provocar la desaparición de estas mismas asociaciones.

Conclusión: el trabajo, el gran ausente de los animal studies

figure im7

17El trabajo es el gran ausente de estas reflexiones, tanto en el campo académico de los AS, como entre los militantes o entre los científicos de la Cell-Ag. La relación de trabajo entre ganaderos y animales es reducida, en su análisis, a una maniobra unilateral de explotación y de producción de materia animal. [40] Esto les permite a todos estos actores anunciar una equivalencia entre la carne procedente de un animal y la clean meat; el animal de granja es reducido a su masa muscular. La vaca no es más que su carne, más allá de toda otra forma de existencia. Esta conjunción de representaciones entre académicos, militantes supuestamente defensores de los animales y biólogos e industriales de la clean meat es ilustrativa, en el sentido en que podemos decir que no son los animales lo que interesan a estos autores, sino una cierta idea del animal doméstico atrapado en dinámicas alimentarias o ambientales y que representa finalmente una molestia de la que mejor sería prescindir. Los animales reales, los que no son reducidos a su masa muscular sino que son compañeros de vida de sus criadores (incluso cuando, in fine, [41] detrás del trabajo está su muerte y la producción de carne) son desconocidos. [42] Son desconocidos porque lo que permitiría reconocer su existencia y por lo tanto considerarlos más allá de su masa muscular es el trabajo. El trabajo no solo como actividad de producción, sino como conjunto de racionalidades de las cuales una, esencial para los ganaderos, es la racionalidad relacional. [43] Trabajar con animales es vivir con ellos, transformar la naturaleza con ellos, crecer con ellos. El trabajo es lo que constituye el guion en la relación «humano-animal». No hay relación humano-animal doméstica sin trabajo. [44] Ni animales domésticos sin humanos.

figure im8

18Abordar la cuestión del trabajo es por lo tanto crucial para superar las representaciones del animal-carne (o del animal víctima) que están detrás de numerosas investigaciones relacionadas con los animales domésticos en el campo de los AS. Y hay que entender aquí el trabajo como vector de la relación entre humanos y animales, pero también desde el punto de vista de los animales. Porque —y hay investigaciones recientes que lo demuestran— [45] los animales no son objetos del trabajo, son actores. Actores de la relación, actores de la producción y actores de un mundo enriquecido por su presencia. Porque, como escribía Walt Whitman «la vaca paciendo […] supera a todas las estatuas». [46]

Notes

  • [1]
    Nota de la autora: Mi agradecimiento aquí a los evaluadores de Zilsel por sus relecturas y observaciones.
  • [2]
    Jocelyne Porcher, «La viande in vitro, stade ultime?», Revue Politique et parlementaire 1057 (2010): 97-104.
  • [3]
    Traducción propia. Salvo que se indique lo contrario, todas las citas textuales que aparecen en este artículo lo son.
  • [4]
    Véase https://cellag.org/cellag101 (consultado el 20 de noviembre de 2019). Esta página se llamaba hasta hace poco cleanmeat.info. Actualmente refleja la ambición de las startups creadas en este campo (enumeradas recientemente) y sus apoyos. La transformación de los sitios web de los actores de la clean meat es un indicador de la evolución de la recepción pública de esta innovación.
  • [5]
    Markham Heid, «You Asked: Should I Be Nervous About Lab-Grown Meat?», Time.com, 14 de septiembre de 2016, https://time.com/4490128/artificial-meat-protein/.
  • [6]
    André Sanson, Traité de zootechnie. Tome I. 5ª ed. rev y corr. (París: Librairie agricole de la maison rustique, 1907).
  • [7]
    André Sanson, Traité de zootechnie. Tome II. Zoologie et zootechnie générales. Lois naturelles et méthodes zootechniques, 3ª ed. (París: Librairie agricole de la maison rustique, 1888), 330.
  • [8]
    Léase Keith Thomas, Dans le jardin de la nature. Mutation des sensibilités en Angleterre à l’époque moderne (1500-1800), trad. Catherine Malamoud (París: Gallimard, 1985).
  • [9]
    A diferencia de los protectores de los animales, cuyas acciones se inscriben en el movimiento histórico de la protección animal, la denominación «defensores de los animales» es paradójica porque, desde el libro inaugural de Peter Singer Animal Liberation de 1975 (publicado en español en 1999 con el título Liberación animal), estos últimos pretenden romper el vínculo entre humanos y animales domésticos y por lo tanto hacerlos desaparecer. Curiosa defensa que consiste en provocar la desaparición de su objeto. Es por ello que pondré el término «defensa» o «defensores» entre comillas.
  • [10]
    Jean-Baptiste Jeangène Vilmer, L’éthique animale (París: PUF, 2018).
  • [11]
    Por ejemplo, además de Mosa Meat (Países Bajos), que ya lo hemos citado, encontramos Memphis Meat (Estados Unidos, hoy Upside Foods), New Age Meats (Estados Unidos), Perfect Day (Estados Unidos), SuperMeat (Israel), Aleph Farms (Israel), Bond Pet Foods (Estados Unidos), Suprême (Francia), etc. Para una lista más completa de las startups, inversores y apoyos «sin ánimo de lucro» a la agricultura celular véase Jocelyne Porcher, Cause animale, cause du capital (Lormont: Éditions Le Bord de l’Eau, 2019).
  • [12]
    Google, Apple, Facebook, Amazon, Microsoft.
  • [13]
    Porcher, Cause animale
  • [14]
    Y «verdadero pollo» significaba para PETA pollo de producción industrial (y no pollo de campo).
  • [15]
    Véase «PETA’s”In Vitro” Chicken Contest», PETA, https://peta.org/features/vitro-meat-contest (consultado el 20 de noviembre de 2019).
  • [16]
    Véase https://viandecultivee.be (consultado el 20 de noviembre de 2019).
  • [17]
    Aunque los animales de compañía sean probablemente futuros consumidores de este tipo de carne: la clean meat permite resolver la aporía que permite considerarse vegano y tener por compañero un gato que es irreductiblemente carnívoro.
  • [18]
    Véase Christophe Traïni, La cause animale (1820-1980). Essai de sociologie historique (París: PUF, 2011); Jérôme Michalon, «Les animal studies peuvent-elles nous aider à penser l’émergence des épistémès réparatrices», Revue d’anthropologie des connaissances 11, n.° 3 (2017): 321-349.
  • [19]
    Margo DeMello, Animals and society: An introduction to Human-Animal Studies (New York: Columbia University Press, 2012), 4. En su web, DeMello se presenta entre otras cosas como una «animal activist». Véase https://margodemello.com (consultado el 20 de noviembre de 2019).
  • [20]
    Michalon, «Les animal studies…»
  • [21]
    «Los miembros del Institute for Critical Animal Studies (ICAS) tratan de hacer realidad en su trabajo individual y colectivo el que los investigadores puedan ser a la vez activistas y que los activistas puedan ser también investigadores». Véase www.criticalanimalstudies.org/about (consultado el 20 de noviembre de 2019).
  • [22]
    Jocelyne Porcher, Éleveurs et animaux, réinventer le lien (París: PUF, 2002).
  • [23]
    Nik Taylor y Tania Signal, eds., Theorizing animals: Re-thinking humanimal relations (Leiden: Brill, 2011). Esta obra fue publicada en la colección Brill Human-Animal Studies, editada por The Animals and Society Institute (Instituto Animales y Sociedad). Este instituto publica la revista Society and Animals. Me detengo en esta obra porque trata de poner en pie un marco teórico de análisis de las relaciones entre humanos y animales específico para las ciencias humanas y sociales.
  • [24]
    Nik Taylor, «Can sociology contribute to the emancipation of animals?», en Theorizing animals…, 203-220.
  • [25]
    A diferencia de lo que yo proponía en esa misma época: Jocelyne Porcher y Tiphaine Schmitt, «Les vaches collaborent-elles au travail? Une question de sociologie», Revue du Mauss 35, n.° 1 (2010): 235-261.
  • [26]
    Conviene recordar que las producciones industriales animales se construyeron contra la ganadería campesina tradicional. Véase Jocelyne Porcher, Éleveurs et animaux… y Jocelyne Porcher, Vivre avec les animaux. Une utopie pour le 21e siècle (París: La Découverte, 2011).
  • [27]
    La absorción de los HAS por los AS, pero también la resistencia de los HAS a esta absorción se pone de manifiesto en el completo manual Oxford Handbook of Animal Studies, editado por Linda Kalof (Oxford: Oxford University Press, 2017). Esta obra concede un lugar a las diferentes corrientes presentes en este campo de estudio: tanto a los autores procedentes de los HAS, cuyo objeto de estudio es la relación entre humanos y animales (Kalof, James Serpell, Boria Sax, Juliet Clutton-Brock o yo misma), como a los autores de los AS cuyo objeto de estudio es el animal como víctima de la dominación (Gary Francione, Paul Thompson, Sue Donaldson, Randy Malamud, etc.). A título de ilustración de esta evolución: mientras que en 2012 publicaba en la revista Society and Animals (editada por The Animal and Society Institute) un artículo sobre el trabajo de las vacas (Jocelyne Porcher y Tiphaine Schmitt, «Dairy cows, workers of the shadow», Society and Animals 20, n.° 1 (2012): 39-60), extraído de otro artículo que ya hemos mencionado más arriba (Porcher y Schmitt, «Les vaches collaborent-elles…»), la propuesta de edición de mi libro Vivre avec les animaux, une utopie pour le 21e siècle, que se publicaría un poco más tarde, suscitó intensas reacciones negativas en su comité editorial. El Instituto finalmente consintió en publicar el libro pero a condición de que fuera completado por puntos de vista críticos que, finalmente, tendrían tantas páginas como el propio libro. Algo que rechacé.
  • [28]
    Sue Donaldson y Will Kymlicka, Zoópolis. Una revolución animalista, trad. Silvia moreno Parrado (Madrid: Errata Naturae, 2018).
  • [29]
    Las asociaciones abolicionistas cuyo teórico de referencia es Francione persiguen la abolición de la domesticación —es decir, la apropiación de los animales por los humanos—, al constituir esta en efecto el mal original. La liberación de los animales afecta por lo tanto a las vacas y los cerdos, pero también a los caballos, los gatos, los perros, los pájaros, etc. y, de hecho, a todos los animales domésticos. Las asociaciones abolicionistas (PETA, L214, etc.) minimizan este objetivo de destrucción del vínculo doméstico debido al apego de nuestros conciudadanos a sus animales familiares. Se disuelve en el objetivo de la «abolición de la carne», que se alcanzaría a través del veganismo —en el caso de una minoría autoilustrada— y de la carne in vitro, que sería el medio racional y progresivamente impuesto a la mayoría omnívora.
  • [30]
    Nicolas Lainé, «Coopérer avec les éléphants dans le Nord-Est indien», Sociologie du travail 60, n.° 2 (2018), DOI: 10.4000/sdt.1953.
  • [31]
    A no ser que se tengan los recursos necesarios para el mantenimiento de los animales sacados del trabajo. Esto es posible en un refugio o en sistemas de cría ganadera que pueden satisfacer el mantenimiento de animales retirados, por ejemplo en la ganadería de cabras en pastos comunales de montaña. La financiación de jubilaciones animales por los consumidores es también una opción.
  • [32]
    Jocelyne Porcher y Jean Estebanez, eds., Animal Labor: A new Perspective on Human-Animal Relations (Bielefeld & New York: Transcript Verlag/Columbia University Press, 2019).
  • [33]
    Conviene subrayar aquí que los autores ocultan el hecho de que la «compañía» también es un trabajo.
  • [34]
    Véase Jocelyne Porcher, «Défendre l’élevage sans le savoir. Commentaire critique à propos de l’article de Nicolas Delon “L’animal d’élevage compagnon de travail. L’éthique des fables alimentaires”», Revue française d’éthique appliquée 6, n.° 2 (2018): 119-124; Jean Gardin, Jean Estebanez y Sophie Moreau, «Comme la biche tétanisée dans les phares de la bagnole. La justice spatiale et les animaux», Justice Spatiale 12 (2018) [en línea]; Porcher, Cause animale
  • [35]
    Sue Donaldson, coautora de Zoópolis, es militante vegana. Puede observarse que la obra —y esta es sin duda una de las claves de su éxito en las librerías— es muy pedagógica y fácil de leer. Su publicación es en realidad una estrategia proselitista reconocida como tal.
  • [36]
    Paul Shapiro, «Why holiday meals might look radically different in the near future», The Globe and Mail, 22 de diciembre de 2017.
  • [37]
    La crítica de la «ganadería industrial», que no permite diferenciar los impactos relativos sobre el cambio climático de la ganadería campesina y de las producciones animales y conduce a la promoción de una agricultura sin ganadería, incluye implícitamente una promoción, o como mínimo un consentimiento, de la clean meat. Incluso Safran Foer sabe que el veganismo no es un modelo adoptable por todos, concretamente en el caso de los niños y de las personas mayores; necesita complementos alimentarios y seguimientos regulares del estado de salud de las personas que se privan de productos animales. Dicho de otro modo, el medio universal de una agricultura sin ganadería es la clean meat.
  • [38]
    Claude Lévi-Strauss, «La leçon de sagesse des vaches folles», Études rurales 157-158, n.° 1-2 (2001): 9-14.
  • [39]
    Stanislas Kraland, L’expérience alimentaire. Manger et rester sain d’esprit (París: Grasset, 2018); Sébastien Mouret, «Le véganisme: L’abolition par la nutrition. Comment se complémenter en vitamine B12», Ethnologie française 176, n.° 4 (2019): 769-786.
  • [40]
    Véase Florence Burgat, L’humanité carnivore (París: Le Seuil, 2017); Gary Francione, Introduction aux droits des animaux, trad. Laure Gall (París: L’Âge d’Homme, 2015); Corine Pelluchon, Manifiesto animalista. Politizar la causa animal, trad. Juan Vivanco (Barcelona: Reservoir Books, 2018); Peter Singer, Liberación animal, trad. Paula Casal (Madrid: Trotta, 1999).
  • [41]
    In fine en el sentido de fin del trabajo y no de finalidad. Pues si bien el final del trabajo puede significar la muerte del animal, la finalidad del trabajo no es matar a los animales sino vivir y trabajar con ellos. Jocelyne Porcher, Éleveurs et animaux
  • [42]
    Es difícil hacer una estimación del número de granjas y criaderos campesinos, pues requiere criterios que no son considerados en la estadística agrícola. Pero, más allá de esta estimación, es la desaparición de las ideas y las representaciones vinculadas a la cría de ganado, que participan de un modelo de sociedad antiutilitarista, lo que sería destructor del vínculo social.
  • [43]
    Jocelyne Porcher, Vivre avec les animaux
  • [44]
    Jocelyne Porcher y Sophie Nicod, «Domestication and Animal Labor», en Hybrid Communities: Biosocial Approaches to Domestication and Other Trans-species Relationships, ed. por Charles Stépanoff y Jean-Denis Vigne (Londres: Routledge, 2018), 251-259.
  • [45]
    Jocelyne Porcher, coord., «Travail animal, l’autre champ du social», Écologie et Politique 54, n.° 1 (2017); Jocelyne Porcher y Jean Estebanez, Animal Labor
  • [46]
    Walt Whitman, Hojas de hierba, trad. Jorge Luis Borges (Barcelona: Lumen, 1991), 95.
Jocelyne Porcher [1]
Directora de investigación del Institut national de recherche pour l’agriculture, l’alimentation et l’environnement (INRAE – Instituto Nacional para la Investigación Agraria, Alimentaria y Ambiental) en Montpellier.
  • [1]
    Nota de la autora: Mi agradecimiento aquí a los evaluadores de Zilsel por sus relecturas y observaciones.
Última publicación en Cairn o en otro portal asociado
Subido a Cairn Mundo el 23/08/2021
Citar artículo
Distribution électronique Cairn.info pour Éditions du Croquant © Éditions du Croquant. Tous droits réservés pour tous pays. Il est interdit, sauf accord préalable et écrit de l’éditeur, de reproduire (notamment par photocopie) partiellement ou totalement le présent article, de le stocker dans une banque de données ou de le communiquer au public sous quelque forme et de quelque manière que ce soit.
keyboard_arrow_up
Chargement
Cargando... por favor, espere...