Introducción
1 El quidditch es un deporte de origen reciente, que se inspira en la práctica del mismo nombre que aparece en la saga literaria de Harry Potter (HP). En 2005, un grupo de estudiantes universitarios estadounidenses, seguidores de dicha obra, adaptó el quidditch que aparecía en las páginas de la saga. La tarea fue desafiante, ya que la trama de HP transcurre en un universo en el cual existe la magia: ¿cómo adaptar una práctica jugada sobre escobas voladoras y con pelotas encantadas?
2 Ha pasado mucho tiempo desde entonces. El quidditch logró expandirse más allá de las fronteras estadounidenses, practicándose actualmente en el resto del continente americano, gran parte de Europa, Australia y algunas regiones de Asia y África. Su variación reglamentaria también fue notable [1], configurándose hoy como una combinación de elementos de rugby, fútbol americano y dodgeball (International Quidditch Association, 2020). En Argentina, el quidditch tuvo su origen en 2006 y, desde entonces, atraviesa un proceso de profesionalización (Cuestas, 2016). Un aspecto fundamental del mismo es la institucionalización, uno de cuyos rasgos es la aparición de estructuras organizativas para la actividad (Coakley, 2001). La referencia es a la Asociación de Quidditch Argentina (AQArg), actual ente regulador del deporte, nacida en 2010 bajo el nombre de Federación Argentina de Quidditch (FAQ). La AQArg es miembro de la International Quidditch Asociation (IQA), la entidad que organiza la actividad a escala mundial, plegándose a sus reglamentos y directivas.
3 Una de las características notorias de este deporte es la forma en que se componen sus equipos. El reglamento oficial del quidditch establece que, cada uno de estos, formado por siete integrantes, debe tener un máximo de cuatro jugadores en cancha que se identifiquen con un mismo género, pudiendo este ser masculino, femenino o no binario. De este modo, respetando la autopercepción identitaria de sus participantes, los equipos son obligatoriamente mixtos, viéndose obligados a respetar este cupo de género para poder participar de las competencias oficiales. Esta norma, popularizada como “Regla de cuatro”, ha sido analizada por las ciencias sociales, considerándosela un desafío al binarismo de género, una alternativa deportiva equitativa y empoderadora (Popple, 2015; Segrave, 2015). Otros autores han expresado preocupaciones por el proceso de adaptación del quidditch a los estándares del deporte “mainstream” [2], lo que pondría en riesgo la vigencia de los valores inclusivos de la práctica frente a una creciente exaltación de la masculinidad, característica de los deportes más populares (Delle, 2015; Brunner, 2015).
4 En el presente artículo se retomarán discusiones y preocupaciones de un trabajo previo titulado “La ética del fandom [3] de Harry Potter y el deporte quidditch: continuidades y rupturas” (Ibarrola, 2021b). Sobre la base de observaciones, entrevistas y etnografía virtual, fueron abordaros allí los vínculos entre la saga de HP y la práctica deportiva en cuestión, tomando como referencia el caso argentino en la actualidad. El concepto de “ética delfandom” fue clave allí, en tanto valores compartidos por los miembros del colectivo de seguidores de HP, compatibles con la idea de un deporte mixto que respeta la autopercepción de género de los jugadores.
5 Acuñado por la antropóloga Aller (2020), este concepto es el resultado de un trabajo etnográfico realizado sobre los fans de HP argentinos. Especialmente, entre aquellos que se nuclean en el Círculo de Lectores de Harry Potter (CHP) de la Ciudad de Buenos Aires, especio donde se jugó al quidditch en Argentina por primera vez. Para la mencionada autora, un acto que parece “individual”, como la lectura, es una ocasión social percibida. La masividad de la obra de HP “…implica un vínculo que se percibe con el resto de los fans, aún sin haber conocido a ninguno ni establecido ningún tipo de contacto con ellos” (Aller, 2020, p. 63). En efecto, los fans de HP intentan, en todo momento, acercarse a otros con intereses semejantes. De esta forma, buscan permanecer en el mundo de esta saga, manteniéndolo vivo y construyéndolo. Así, HP tiene una presencia cotidiana, mediante un “hacer con otros”, el cual se expresa en la creación de espacios de socialización y encuentro (relacionarse con otros), en donde se vivencia el “ser fan” y estos pueden ser “ellos mismos”. En este marco, el interés común excede el mero gusto y combina lo afectivo y emocional, implicando una sensación de ser parte de un todo más amplio. Esto hace que los fans den un sentido a sus acciones, poniendo en juego ciertas expectativas; comparten una ética, valores en común.
6 Pero, ¿En qué consiste esto? Es decir, ¿Qué valores? Aquí es donde se involucra la saga de HP, una matriz que modela las acciones, pensamientos y sentimientos de los fans, generando a su vez normas y valores particulares extraídos de su trama. Pero no se trata solo de ello: en la construcción de esta ética, los fans aportan una serie de reinterpretaciones sobre la obra. He aquí una cuestión fundamental: como hemos planteado, estas relecturas cuentan con una buena dosis de arbitrariedad, lo que queda evidenciado en la multiplicidad de lecturas posibles que atribuyen a HP, o bien mensajes “progresistas”, o bien “conservadores” (Ibarrola, 2021b). Así, la versión que predominó en el caso trabajado por Aller es del primer tipo, estructurándose una ética en torno a la igualdad, el respeto y la inclusión. Pero la relectura no se agota aquí e incorpora elementos propios, como la extensión de estas ideas al género y la orientación sexual, temas no abordados en la trama original, pero que configuran estos valores y “contenido moral” que agrupan a los fans (Aller, 2020). Como señalamos, esta visión se emparenta notoriamente con las premisas que ordenan el deporte quidditch a nivel mundial. Este, no solo postula un juego mixto, sino también se propone la educación en temas de inclusión y género de la comunidad del deporte, con el fin de erradicar prácticas no deseadas, como la discriminación y el acoso (Ibarrola, 2021b).
7 Se puede hablar aquí de una apropiación: la integración significativa del bien consumido en la vida de las personas, entrelazándose en su subjetividad. Siguiendo a Grillo, Papalini y Benítez Larghi (2016), esto deja una huella en los sujetos y habilita una dimensión creativa, que transforma la recepción en una experiencia. Entonces, el producto cultural, al penetrar en la subjetividad, es reformulado y dotado de otro sentido, volviéndose una clave a través de la cual los actores se significan a sí mismos, su cotidianeidad y su experiencia en el mundo. Aquí, entran en juego acciones en las que se expresa la agencia de los actores, su creatividad: la mixtura, la combinación, la selección, el cuestionamiento, el desplazamiento y el énfasis. Es de este modo que son posibles las relecturas que dan lugar a la “ética del fandom”.
8 Ahora bien, ¿Esto se agota aquí? ¿La apropiación sirve solo a los fines de construir espacios de sociabilidad? ¿Las relecturas consisten en meros ejercicios de debate literario? Ciertos trabajos provenientes de las ciencias sociales pueden proporcionar indicios de que no.
9 De acuerdo con Jenkins (Albarello, 2020) y Hinck (2012) los grupos de fans tienden a la politización, favorecidos por la posesión de ciertas capacidades, herramientas y saberes que los vuelven aptos para desarrollar formas de activismo. Ellas son la organización y educación sobre un tema, y la realización de acciones colectivas para alcanzar un objetivo común. Estas habilidades, necesarias para la “participación democrática”, derivan de su afición. Hinck (2012) habla de un “compromiso cívico” y analiza el modo en que estos sujetos llevan a la esfera pública ciertas discusiones. Ejemplos de esto pueden observarse en Jenkins (2006) respecto a la incidencia de la cultura popular en los comicios estadounidenses de 2004 o en la construcción de identidades cívicas y políticas. Pero la cuestión no se limita a Estados Unidos, encontrándose casos semejantes en Brasil (Lopes Arantes, 2019) y Corea (Jung, 2012). La diversidad también alcanza al objeto de origen de este activismo, incluyendo el cine (Albarello, 2020) y la televisión (Lopes Arantes, 2019) entre otros. Así, una de las características del fanatismo es que este puede dar lugar a ciertos posicionamientos ante temas de agenda nacional.
10 Apoyados en estas premisas, en este trabajo nos proponemos dos objetivos. En primer lugar, profundizar lo trabajado anteriormente respecto a la “ética del fandom” en el quidditch argentino. La propuesta aquí será extender el alcance del mencionado concepto, agregándole nuevos valores y sentidos expresados por los practicantes de ese país. En segundo lugar, reflexionar acerca de la influencia de la mencionada ética, a la luz de una serie de discusiones globales recientes acerca de un tema trascendental: el cambio de nombre del deporte. Aquí será importante tener en cuenta un aspecto fundamental de la situación: la tendencia del quidditch al alejamiento respecto a todo aquello referido a HP (Ibarrola, 2018), de lo cual estos debates no dejan de ser un síntoma. Es esta la tónica también de la institucionalización de la práctica en Argentina: “lograr que el quidditch fuese lo menos enfocado a algo puntualmente de HP […] pensarlo como un deporte y competencia, en lugar de solo algo para pasar el rato entre fans de HP” (P. González, comunicación personal, 29 de mayo de 2021) [4]. Todo esto redobla el significado de este objetivo ¿Estos procesos implican una pérdida de terreno de la “ética del fandom” en este deporte? ¿Qué papel juega en este nuevo contexto?
11 Si bien trabajaremos con la “ética del fandom” en el quidditch argentino contemporáneo, el artículo referirá en parte a debates y acontecimientos de alcance internacional (el cambio de nombre). Estos se abordarán en conjunto con la situación de la práctica en Argentina, recuperando el punto de vista local sobre los mismos. Por estos motivos, será fundamental la realización de entrevistas en profundidad y observaciones participantes entre los practicantes argentinos, instancias que implican el involucramiento del investigador de forma prolongada en una diversidad de actividades para observar a los actores en lo cotidiano, favoreciendo su comprensión y la de las significaciones circulantes en esta actividad (Marradi et al., 2007). La búsqueda de temas, asociaciones y tramas en pos de la recuperación de “categorías nativas” será un momento clave en el análisis de los datos obtenidos (Amaeigeiras, 2014). También será importante la lectura atenta de los documentos escritos que dan cuenta de los debates generales que involucran a la práctica a nivel internacional, entendidos estos como la expresión de las presiones de distintos actores e intereses involucrados en el deporte (Muzzopappa y Villalta, 2011). Esta lectura será de carácter contextuado, posibilitando una aproximación a la comprensión del sentido y las tramas de significación que despliegan los actores (Amaeigeiras, 2014). De este modo, se buscará situar estas declaraciones institucionales de alcance global, reponiendo el punto de vista local, anclando las discusiones en estas realidades.
12 El artículo se estructurará del siguiente modo. En primer lugar, se trabajará sobre la “ética del fandom” a la luz de nuevas experiencias y reflexiones acerca del quidditch argentino. Luego se avanzará hacia la discusión por el cambio de nombre del deporte, para finalizar con las conclusiones del trabajo.
La “ética del fandom”, la amistad, el compañerismo y el quidditch argentino
13 Como conclusión del trabajo “La ética del fandom de Harry Potter y el deporte quidditch: continuidades y rupturas” había sido señalado que, pese a constituir este último una actividad independiente, la mencionada ética persistía en el ámbito de la práctica deportiva, operando de un modo particular. Por un lado, bregando por reparar de forma institucional las falencias propias de esta comunidad, como la violencia, la subrepresentación de ciertos sectores o la discriminación. De algún modo, “combatiendo” aquellos comportamientos contrarios a dicha lógica, incluyendo a aquellos que cuestionan la Regla de cuatro. Como señala Marcela, del equipo Wild Wolves:
La idea de inclusión en el deporte sale porque HP es inclusivo. Ya te baja esa línea de la inclusión y por eso el deporte busca ser inclusivo, sino no hubiese sucedido. Yo creo que también si revisás el fandom de HP en general es inclusivo, son comunidades lindas (M. Palacios, comunicación personal, 11 de mayo de 2021).
15 Por otro lado, junto a este “activismo” interno, aparecía otro de cara al conjunto de la sociedad, con pronunciamientos institucionales y de equipos sobre diversas temáticas como la violencia de género, los derechos humanos o la discriminación. Un ejemplo de esto es el apoyo que el quidditch argentino brindó a la causa del aborto legal en Argentina (Ibarrola, 2018). Estudiando la misma postura entre los fans de HP argentinos, Cuestas (2018) afirma que ciertas experiencias vinculadas a la literatura masiva pueden dar lugar a nuevas formas de “sensibilidades contemporáneas”. Esta semejanza no es casualidad, puesto que ya hemos señalado que el quidditch argentino tuvo su origen en el CHP. Se trata de las experiencias de “compromiso cívico” (Hinck, 2012) a las que referíamos en la introducción. Así, estas posturas se alinean con la emblemática Harry Potter Alliance (hoy Fandom Forward): una organización internacional que colabora con causas de interés social como la alfabetización, el cambio climático, la defensa de los derechos de los migrantes, de la diversidad sexual y de los trabajadores explotados por las corporaciones. En esta clase de experiencias, que combinan consumos culturales con posicionamientos políticos, las intertextualidades puestas en juego no solo dan lugar a una sintaxis política común (transnacional), sino que revelan una racionalidad estratégica que dialoga con lo ficcional, para hacer performativo el lenguaje (Lopes Arantes, 2019; Kliger-Vilenchik y Shresthova, 2013). El universo literario funciona como matriz, sobre la base del cual surgen estos posicionamientos, como señalaba la jugadora de los Wild Wolves.
16 Asimismo, fueron mencionados en el artículo previo una serie de desafíos para el porvenir de esta ética en el quidditch: el acercamiento de nuevos practicantes (ajenos a los valores que los jugadores derivan de HP) y la creciente importancia social del triunfo que, como indican Elías y Dunning (1992), insta a los deportistas a romper las reglas, tensionando esta “inclusión” que plantea el quidditch.
17 En síntesis, se concluía que la “ética del fandom” de HP sigue operando en este deporte, pero en muchas ocasiones “a la defensiva”, repeliendo prácticas que se le oponen, y dando lugar a una especie de activismo, un compromiso con ciertas causas sociales.
18 Ahora bien, una profundización en dicho concepto para el quidditch argentino permite trascender su núcleo central en torno a la igualdad, el respeto y la inclusión. En una salida de campo, Catalina señaló que el quidditch tiene “valores buenos”:
El compañerismo, y es muy importante la regla de género. Yo hoy me lastimé el tobillo y vino a vendarme uno de los Cumulus Nimbus. Es un ambiente sano. Y es porque la base es HP […]. Es que lo que enseña la saga es eso. Los valores, la amistad, el compañerismo. Que cuando se separan las cosas no funcionan, pero cuando tiran todos para el mismo lado sí (C. Rojo, comunicación personal, 27 de julio de 2019).
20 La amistad y el compañerismo aparecen como otros valores derivados de la saga que, según sus participantes, caracterizan al quidditch argentino. Siguiendo con el ejemplo de Catalina, en aquel entonces jugadora del equipo Qymeras de Mar del Plata, la amistad no solo permea la relación entre los equipos, sino también los vínculos al interior de los mismos
Pasa que somos muy amigos y nos divertimos mucho. A veces esperamos el entrenamiento para ver a los chicos y desconectarnos dos horas un rato. Porque después hacemos ronda y comentamos lo que pasó, si alguien quiere decir algo de su vida, para fortalecer vínculos, lo cual después se nota en la cancha (Ídem)
22 Efectivamente, aunque la población de este deporte es heterogénea, cambiante, y el quidditch intenta separarse del producto literario original, existen jugadores que, en palabras de la practicante antes citada, todavía pueden decir que “HP todavía lo tenemos interiorizado. No lo terminamos de soltar” (Ídem).
23 En efecto, HP y los valores que muchos practicantes argentinos desprenden de él han sido partícipes de distintas disputas históricas en la trayectoria de este deporte. Un interesante ejemplo de ello proviene de la creación de la Liga Argentina de Quidditch (LAQ) en 2014. Se trató de una competencia paralela a la oficial, la organizada entonces por la FAQ. Fue una liga con autoridades propias y equipos especiales (los equipos de la FAQ jugaban con otro nombre). Así describe Pablo la actitud de uno de los equipos fundadores de la LAQ: “los Wind Wizards de repente te decían ‘no loco, no pueden, es más inclusivo el quidditch’” (P. González, comunicación personal, 2021).
24 Pero, ¿por qué la apelación a la inclusión? Ocurría que dicha disputa estaba relacionada con los contactos permitidos en cancha, especialmente el tackle, el cual era rechazado por muchos practicantes. Mientras que el ente oficial, a tono con los reglamentos internacionales, promovía el uso del tackle y diversos tipos de agarres, “la idea de la LAQ era que no hubiese ninguna de las dos cosas, que fuese menos violento” (ídem). La versión del quidditch de LAQ aparece descripta por los actores como una versión “para niños”. Eran jugadores que deseaban una forma menos agresiva o ruda de quidditch; “un espacio más de recreo, más tranqui” (ídem), en donde “la esencia de lo deportivo era más como una cuestión secundaria para ellos. Lo más importante era el fandom de HP y el hecho de jugar quidditch porque es del mundo de HP.” (Ídem). Fundamentalmente, un formato que reducía las aspiraciones competitivas del quidditch argentino en favor de la diversión y el compartir los gustos en común con amigos, tal como “enseña” la saga. Deseos que se verían truncados por la introducción de movimientos de contacto “bruscos” como el tackle y los agarres. La emergencia de la LAQ generó una crisis institucional que derivó (junto a otros detonantes) en la renuncia de los dirigentes de la FAQ.
25 Si la aparición de entes reguladores es un rasgo fundamental de la institucionalización (Coakley, 2001), es esperable que estos busquen una oficialización, un reconocimiento estatal. Es decir, una personería jurídica. En el caso argentino, el impulso decisivo al cumplimiento de dicho propósito tuvo lugar en 2018. Nuevamente, los valores que los practicantes derivan de la saga jugaron un papel aquí. En este caso, contraponiéndose a la “seriedad” de la empresa. Veamos lo que señalaba Mariano, jugador de los Thunder Lions:
Se tomó muy legal todo y siempre se pone ante todo el tema de las leyes […] están metidos muchos abogados, escribanos… antes era algo de palabra… un deporte entre amigos, de palabra… y ahora que haya adentro abogados, escribanos… lo hicieron demasiado serio (M. Rodríguez, comunicación personal, 19 de junio de 2018, como se citó en Ibarrola, 2018).
27 Esta preocupación por la “seriedad”, contrapuesta al deporte de amigos, abierto e inclusivo, se manifiesta también en el enojo que genera entre ciertos jugadores lo que ellos califican como el exceso de “papeleo” para jugar un torneo. Siendo un deporte practicado por pocas personas, les sorprende el marcado énfasis en la norma: “Nosotros éramos nuevos, queríamos jugar ya, y nos pedían hacer cosas […]. No es el ejército para presentar tanto papeleo” (R. García, comunicación personal, 11 de agosto de 2018). Durante un torneo de 2022 ocurrió algo sintomático. Algunos practicantes que, por diversos motivos no iban a jugar, pero eran parte de un equipo y querían acompañar a sus amigos, fueron expulsados del área de juego, del banco de suplentes. Esto obedecía a que la AQArg había contratado un seguro y este no cubría a los no jugadores. Al retirarse, estos practicantes señalaban no sin ironía: “se fijan en pavadas y la asociación se está cayendo a pedazos, casi no hay equipos”.
28 De este modo, se puede observar el peso de la amistad y el compañerismo dentro de la comunidad, funcionando como un significado que intenta ordenar la forma en que debe realizarse la práctica deportiva. Si, como indica Coakley (2001), además de la emergencia de estructuras organizativas, otro rasgo fundamental de la institucionalización es la creciente importancia de los reglamentos y su estandarización, en este apartado vimos como estos dos factores tensionan con la idea de un deporte de amigos, valor derivado de la saga y apropiado por ciertos jugadores argentinos.
29 Ampliándola a las ideas de amistad y compañerismo, se puede decir, reafirmando lo dicho en un trabajo previo (Ibarrola, 2021b), que la “ética del fandom” contribuye a la configuración de esta práctica (no sin ciertas resistencias).
Un debate histórico: el cambio de nombre
30 La tendencia a la separación del quidditch respecto de HP puede verse con claridad en la cuestión reglamentaria. El reemplazo de las escobas utilizadas inicialmente (similares a las que aparecían en la saga) por tubos de pvc (más seguros y cómodos), o el cambio de la forma de la cancha, pasando de un óvalo similar al visto en los libros a un rectángulo, son ejemplos de ello. En otro plano, el caso argentino ilustra esto con el abandono gradual de las referencias a HP para nombrar torneos y copas (Ibarrola, 2018). Algo similar puede decirse de los equipos. Un caso interesante es el de los Black Birds, quienes adoptaron esa denominación en reemplazo de la original, Oliver Wood´s Army, inspirada en un personaje de la saga.
31 Aun así, como fue señalado, la relación puede ser descripta como “Soltamos, pero seguimos agarraditos del meñique. Te suelto, pero no. Hay cosas que no vamos a dejar, las piedras fundamentales de HP van a seguir estando” (M. Palacios, comunicación personal, 11 de mayo de 2021). Efectivamente, pese a los intentos del ente regulador y los equipos, muchos de los jugadores provienen del mundo de los fans de HP, o por lo menos, expresan una afinidad en ese sentido.
32 En este contexto, existen dos factores decisivos para entender la discusión por el cambio de nombre del quidditch.
33 El primero, está relacionado con la autora de la saga, Rowling. De gran influencia en las redes sociales, ella realizó recientemente una serie de declaraciones que fueron mal recibidas por la comunidad de fans de HP, quienes se sintieron “heridos” y consideraron los dichos discriminatorios y transfóbicos (Aller y Cuestas, 2020) [5]. Esto no solo se contraponía con la “ética del fandom”, generando duras respuestas por parte de ciertos grupos de fans de todo el mundo (Ídem), sino que también tocaba un tema sensible para el quidditch, deporte que toma en cuenta la autopercepción identitaria de sus jugadores. Aquí, la respuesta fue similar a la registrada en el fandom. Asociaciones nacionales y practicantes de diversos países criticaron a la escritora. En el caso argentino, existieron pronunciamientos individuales y de equipos (Ibarrola, 2021a). Al respecto, señala una jugadora: “Nos parecía que esas raíces (N. del A.: del deporte en HP) hoy en día no se cortaron del todo, nos convenía aclarar que nos parece más importante la igualdad de género del quidditch, antes de lo que diga Rowling” (T. Donda, comunicación personal, 11 de mayo de 2021). En este sentido, el “compromiso cívico” (Hinck, 2012) logra trascender a la propia autora de la saga. El posicionamiento público respecto a la inclusión se abre paso, a pesar de la influencia e “idealización” de la escritora por parte de gran parte del colectivo de fans de HP (Cuestas, 2018)
34 El segundo factor a tener en cuenta está relacionado con el ámbito legal. La empresa Warner Brothers, dueña de los derechos de HP, ha iniciado lo que los actores caracterizan como una “avanzada” sobre las comunidades de fans. Es muy citado el caso de un running club estadounidense (organizado como entidad no lucrativa) “hostigado” judicialmente por la compañía (Van der Sar, 2020). Pero más sintomático aún es el caso de un bar temático ubicado en la provincia de Tucumán (Argentina) que, a pocos meses de abrir, recibió una demanda de un millón de dólares (¿Nuevo objetivo de Santi Maratea? Un bar y una demanda insólita por 1 millón de dólares, 2022)
35 Estos dos aspectos terminaron de conjugarse en 2021. Hasta entonces, la situación era ambigua. De acuerdo con una entrevista realizada por un sitio web a Alex Benepe, pionero de este deporte, el problema central radicaba en los derechos de propiedad que detenta Warner sobre todo aquello vinculado a la franquicia de HP, incluida la palabra “Quidditch” (Lennard, 2017). Lo que existía hasta ese momento era un acuerdo “de palabra”, informal, con los organizadores del quidditch, el cual permitía la existencia del deporte solo si se realizaban actividades no lucrativas. Estos límites han sido largamente discutidos en relación al potencial de crecimiento de la actividad, pero hasta entonces era simplemente eso, un debate.
36 Históricamente, el quidditch estadounidense estuvo a la vanguardia del deporte a nivel mundial. País de origen de la práctica, organizador de la mayoría de las competencias internacionales de importancia y fundador del ente regulador de la práctica a nivel global, la International Quidditch Asociation (IQA). En este contexto, es de esperarse que sus acciones tengan un peso superior a las de otros países.
37 Efectivamente, fue eso lo que ocurrió. Desde su asociación nacional (United States Quidditch) lanzó un documento, que tomó por sorpresa al mundo hacia finales de 2020, en el que anunciaba que estaba desarrollando una investigación para el relanzamiento de la “marca” quidditch, evaluando cambiar el nombre del deporte (United States Quidditch [USQ], 2020). Esencialmente, se marcaba el peso negativo que tenían las recientes posturas de Rowling, las cuales habrían generado una crisis dentro de la comunidad trans del quidditch de muchos países, amenazando muchos de sus miembros con abandonar el deporte. Este fue el principal argumento que replicaron los medios que se hicieron eco de la noticia (Roberts, 2021; Wisehart y Edala, 2021): el deseo de separarse de la imagen transfóbica de la escritora. Hacia 2021, USQ ya había decidido modificar el nombre, solo restaba decidir por cual. La IQA, que se había mostrado sorprendida por la repentina novedad, formó un comité internacional para evaluar los pasos a seguir durante ese año. La resolución de este comité fue similar a la de los estadounidenses: sugería cambiar el nombre. Los principales motivos estaban a tono con los factores anteriormente señalados: “recomienda que el deporte `quidditch` cambie su nombre para alinear su marca con los valores del deporte, la organización, su comunidad y para crear futuras oportunidades para sus NGBs (N. del A.: asociaciones nacionales) y jugadores” (International Quidditch Asociation, 2022, p. 6). En cuanto al segundo factor mencionado anteriormente, señalaba la posibilidad de explotar el merchandising, el sponsoreo directo, la venta de tickets, entre otras posibilidades abiertas por el “desligue” de Warner.
38 Ahora bien, más allá de los planteos formales ¿Qué sucedía concretamente? ¿En qué contexto surgían estos documentos? Por ejemplo, muchos representantes del quidditch de otros países manifestaron que las cuestiones jurídicas estaban lejos de su realidad local. Sustancialmente, en la mayoría del planeta, el quidditch intenta sobrevivir día a día, crecer lentamente. Las preocupaciones, han señalado estos practicantes, son otras.
39 El caso de la comunidad trans es relativo a cada país. Aunque en algunos, los dichos de Rowling generaron conflictos internos, en el quidditch argentino dicha población es minúscula y no se ha expresado puntualmente al respecto. Para muchos practicantes argentinos, el cambio de nombre es una cuestión de crecimiento internacional, aunque es una realidad que ven lejana. Otros, sin dejar de observar esto, expresan preocupaciones por aquellos que se han acercado al deporte por su condición de fans de HP, caracterizando la propuesta como una “desvirtuación” de lo que conocen.
Entiendo que tiene desventajas y ventajas. Desventajas, porque tengo todo el merchadising escrito con quidditch. Me genera un daño bastante importante, tengo los recuerdos, memorias y las cosas con ese nombre, me representa un daño emocional. Pero la ventaja es que, si cambiamos el nombre, estaríamos cerca de alejarnos de quidditch fantasía, y acercándonos al quidditch como un deporte no conocido. (G. Brítez, comunicación personal, 3 de marzo de 2022)
41 En parte por estos motivos, todos los torneos a disputarse en 2022 en Argentina llevarán nombres de equipos de quidditch que aparecen en los libros de HP. Esto aseveraba una dirigente de la AQArg: “Este será el último año de quidditch con ese nombre y decidimos hacerle un homenaje, una despedida a la saga. Agradezcamos que conservamos la escoba. La mayoría esta acá por HP […] Nos aferramos hasta que nos dejen.” (C. Rojo, comunicación personal, 14 de abril de 2022)
42 Ahora bien, para la representante argentina en el comité de IQA las cosas son un poco distintas. Para ella, la cuestión de las declaraciones de Rowling en parte encubre un mero interés económico por parte de la USQ. Incluso duda de que la propuesta de IQA sea bien recibida en el resto de los países, por su ya señalada inadecuación a la realidad del resto de los países. Estas fueron las ideas que trasmitió en su informe a la asamblea anual de la AQArg, celebrada el 10 de abril de 2022:
Chicos, yo les tengo ser honesta. Si bien los medios tradicionales relacionaron el cambio de nombre con las declaraciones transfóbicas, en una hora y media de reunión con USQ a Rowling no se la mencionó. El motivo es económico, deben saberlo. Van a registrar el nuevo nombre que salga para que nadie les pueda ganar de mano […]. USQ fue descalificada de un concurso hecho por una multinacional en que iban a ganar US$ 25.000 para llevar al deporte ganador a las escuelas. Cruzaron datos y apareció. No quieren problemas con Warner. En Estados Unidos quieren comercializar el deporte. Esto es un obstáculo ya. Quieren otro logo ya. (A. Ramasco, comunicación personal, 10 de abril de 2022)
44 Además, señaló que muchas empresas han rechazado sponsorear al quidditch por temor a entrar en contradicción con Warner, situación que ha molestado a USQ.
45 Independientemente de estas apreciaciones, el simple hecho de que la modificación del nombre del deporte sea divulgada desde la oposición a la transfobia, parece indicar que la “ética del fandom” sigue operando en el quidditch argentino. Desde el punto de vista de los practicantes, es mejor presentarlo mayormente como una cuestión de “valores”, que como algo meramente comercial, aunque muchos creen que predomina este último interés. Esta perspectiva predominó en los abordajes de los medios de comunicación argentinos (La liga de Quidditch cambiará de nombre en protesta por los comentarios transfóbicos de J.K. Rowling, 2022).
Conclusiones
46 En este trabajo fue ampliado el alcance de la “ética del fandom” para el caso del quidditch argentino contemporáneo. Trascendiendo las ideas de igualdad, respeto e inclusión, vimos el peso de la amistad y el compañerismo para los jugadores a la hora de significar el vínculo entre la saga y el deporte. Asimismo, dimos cuenta del modo en que esto jugaba un papel en la disputa por la institucionalización del deporte, ordenando la discusión en torno a su organización, reglamento y competitividad. En este sentido, estos valores eran asimilados a una “autenticidad”, tal como trabaja Thorpe (2009) para el caso del snowboard europeo y estadounidense. La autora señala una pérdida de los valores primigenios de la práctica ante la creciente institucionalización, en nuestro caso, un deporte “de amigos” (como “enseña” la saga) que estaría perdiéndolos ante la formalización y la “seriedad”.
47 Ahora bien, hemos descripto el modo en que el quidditch ha buscado, con mayor o menor éxito, separarse de HP. Nos situamos ante el mayor desafío para la “ética del fandom”, ya no se trata de nuevos jugadores o el deseo de ganar. El cambio de nombre es la ruptura con el origen, el cual provee los significados que parecen ordenar la práctica: igualdad, respeto e inclusión, junto con la amistad y compañerismos señalados aquí. Hubiera sido esperable que la “ética del fandom” no juegue ningún papel en este nuevo contexto. Sin embargo, hemos mostrado el modo en que esta sigue operando, proveyendo el principal, el más visible argumento para promover el cambio de nombre: la separación púbica del quidditch de la imagen de Rowling. Así, a pesar de plantearse una ruptura radical, en donde parecen predominar los motivos económicos, elementos propios la relectura de los jugadores sobre la saga siguen sobresaliendo.
48 El ejercicio de apropiación del producto cultural hace aparecer nuevamente la lógica del posicionamiento público (el rechazo a la discriminación), realizando a su vez un movimiento interesante: rompe con su creadora (Rowling) en nombre de los valores que su obra inspiró, los cuales a su vez son utilizados para fundamentar la escisión del deporte de la saga. HP actúa como clave a través de la cual significan su experiencia en el mundo, lo que deriva en esta importante postura.
49 El cambio de nombre produce novedades de forma constante. Si bien en Estados Unidos es una decisión tomada, en la IQA todavía tienen la última palabra los representantes de las asociaciones nacionales. [6] ¿Cuál será el resultado de esa votación final? ¿Qué papel jugará la extrañeza de muchos países respecto a las preocupaciones jurídicas estadounidenses? ¿Ejercerán algún tipo de resistencia los disconformes con los resultados? Se trata de un proceso abierto, sobre el que todavía resta mucho por discutir.
Notes
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[1]
Para conocer al detalle el reglamento ver https://iqasport.org/rulebook.
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[2]
En estos trabajos, el deporte mainstream aparece como los deportes convencionales, como el fútbol o el basquet; aquellos que gozan de popularidad y reconocimiento.
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[3]
Contracción de fan y kingdom (“reino de fans”). De acuerdo con Aller (2020), refiere a un grupo de personas que se siente parte de una comunidad, la cual interactúa alrededor de un objeto de interés (persona, texto, etc.) y comparte un universo simbólico común.
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[4]
Todos los nombres utilizados aquí son ficticios.
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“En la publicación compartía una nota titulada ‘Creando un mundo más equitativo para las personas que menstruan post Covid-19’ y la acompañaba con un irónico y crítico comentario en el que señalaba que ‘las personas que menstrúan solían tener un nombre’, en alusión a las mujeres (@jk_rowling, 06/06/2020)” (Aller y Cuestas, 2020).
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Este artículo fue escrito en mayo de 2022. Hasta ese momento no había novedades de una hipotética asamblea de IQA, en donde los representantes nacionales deberían votar por el cambio de nombre.