La consideración del ejercicio de la paternidad todavía no está en la agenda de las empresas. Se desanima a los padres mientras que se sanciona a las madres. Y el doble desplazamiento no se ha producido: las mujeres han entrado en masa en el mundo laboral pero los hombres no se han incorporado a la esfera privada y la norma sigue siendo la prioridad profesional masculina. Las cifras están ahí para mostrar este reparto desigual de las responsabilidades familiares y domésticas. Esta es la principal causa de las desigualdades estructurales entre las mujeres y los hombres y del sexismo asociado a ellas. Para subsanar estos problemas, es necesario jugar con el tiempo y la implicación de los padres en la paternidad durante toda su vida, ampliando el permiso de paternidad y creando un nuevo derecho individual a la paternidad, para tener en cuenta no sólo a los niños sino también a los familiares con los que los empleados están en relación de interdependencia.
Resumen
Español
Autor
Brigitte
Grésy
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