Durante unos diez años, no he querido cruzar el Canal de la Mancha. En efecto, con su «zonación en áreas urbanas» en 2010, el Instituto Francés de Estadística, INSEE, había hecho desaparecer la ruralidad en Francia: todo era urbano. Hasta lo que el INSEE designaba, bajo la formulación, poco poética, de «municipios aislados fuera de los polos», que afectaba a menos del 5% de la población, no merecía según este Instituto, el adjetivo rural. Ahora bien, yo mismo, si alguna vez para hacer algunas encuestas recorría las grandes ciudades francesas, me encantaba relajarme en la Francia rural. Como había desaparecido, decidí quedarme en casa, 221B Baker Street, en Londres. Me deprimía, pero recordaba aquellos tiempos felices en los que surcaba la variedad de paisajes de una Francia que todavía tenía territorios rurales.
Pero, ¡milagro!, le dije al Doctor Watson. Acabo de enterarme de que Francia ha recuperado la ruralidad. En efecto, según un nuevo estudio publicado en noviembre de 2020 por el INSEE, Francia cuenta con 30.775 municipios rurales con una población de 21,9 millones de habitantes, es decir el 33 % de la población de Francia. Es extraordinario, el INSEE que había enterrado la palabra rural acaba de resucitarla. Inmediatamente investigué para saber cómo era posible. En primer lugar, han progresado los análisis de quienes consideraron perjudicial la zonificación del área urbana de 2010, sobre todo porque no «soltaron el tema» como dice una expresión francesa. Las asociaciones han retomado sus análisis y los han llevado adelante, en particular a través de una misión, denominada «agenda rural» que el gobierno puso en marcha tras el movimiento de los chalecos amarillos…