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1Las justificaciones teóricas en favor de una renta básica son múltiples. Para Thomas Paine y sus sucesores, se trata de una justa compensación, dado que los individuos han sido desposeídos de su derecho natural a la tierra y los recursos ecológicos y de los frutos que estos recursos producen gratuitamente (Paine 1796). Para James Meade, se trata del legado colectivo de los progresos técnicos del pasado que permiten que cada trabajador sea más productivo, pero cuyos frutos no podrían reservarse solo a los trabajadores remunerados y otros propietarios del capital (Meade 1993). Para Monnier y Vercellone, se trata de la justa retribución de una proporción cognitiva del trabajo, que desempeña un papel cada vez más importante en la producción del valor: la renta básica se justifica debido a que este trabajo cognitivo es colectivo y difuso, a que no se puede identificar a sus contribuyentes y, por lo tanto, no se le puede otorgar una contrapartida salarial (Monnier y Vercellone 2006).

2Pero, más allá de todas las justificaciones económicas, la renta básica es, ante todo, una elección política y social. Es la elección de la emancipación de los individuos, particularmente como trabajadores, en un contexto en el que el sentido del trabajo les es cada vez más esquivo. Testimonio de esto es la multiplicación de los llamados bullshit jobs (trabajos basura) (Graeber 2013), todos esos empleos en los que el trabajador no se siente útil para la colectividad, sino que está obligado a aceptarlos para tener un ingreso y un estatus social. Así, la renta básica debería permitir que el trabajo retome todo su sentido, que no sea dictado únicamente por la rentabilidad que procura al empleador, sino también por la intención que le otorga el trabajador.

3Este deseo de autonomía en el trabajo se expresa en quienes viven de la RSA o de los subsidios de desempleo para dedicarse a un proyecto empresarial, cultural o cívico. Por lo tanto, se trata de dejar el discurso de la lucha contra la pobreza asociado a las pensiones mínimas sociales, con toda la dimensión paternalista que lo acompaña: «los pobres no se esfuerzan para buscar un empleo», etc. Se trata, al contrario, de entrar en el discurso de la emancipación propia de la renta básica. A diferencia de la RSA, que se paga a los «pobres porque no tienen empleo», la renta básica se paga a todos para que cada cual pueda ejercer su derecho a elegir un trabajo que corresponda a sus aspiraciones, así como su derecho a ser bien remunerado cuando haga un trabajo arduo, sin interés o sin margen de autonomía.

4Por supuesto, la renta básica no exime de la necesidad de reforzar el acompañamiento de las personas que tienen dificultades de inserción profesional. Pero, si bien el acompañamiento es necesario, el control ejercido sobre los beneficiarios de las pensiones mínimas sociales es contraproducente. Además, sería un error creer que solo las personas con problemas de inserción necesitan acompañamiento. Una ventaja de la renta básica es que también permite alejarse de la división de la sociedad entre las categorías construidas de «trabajadores» y «beneficiados», tanto en lo que se refiere al tratamiento institucional de los individuos como en la explotación política que se puede hacer de los discursos que se oponen a estas dos categorías.

5La renta básica se convierte, finalmente, en una urgencia a día de hoy, en vista de la poderosa ola de automatización y digitalización de los empleos, lo que podría amenazar hasta al 50 por ciento de los puestos de trabajo actuales para el 2050 (Frey y Osborne 2013). No debería haber ningún malentendido sobre el tema de la renta básica. Esta no se justifica, en ningún caso, por la desaparición de los empleos, pues la renta básica no podría reducirse a un ingreso para mitigar el aumento del desempleo. A propósito, crear empleos siempre es posible, como lo recuerda la teoría de la transferencia de Sauvy (1980).

6Pero recordemos que crear empleos no es un objetivo en sí mismo. Sin renta básica, los trabajadores cuyos empleos hayan sido reemplazados por máquinas o softwares corren el riesgo de verse obligados a aceptar cualquier trabajo para poder vivir, incluso un bullshit job, un empleo cuya utilidad social está por demostrarse. Al contrario, con una renta básica, los trabajadores tendrían más margen para elegir un trabajo que tenga sentido, ya sea remunerado o no. Aunque estuviéramos en pleno empleo, la renta básica seguiría siendo necesaria, pues garantizaría que cada cual no haga su trabajo únicamente por obligación.

7Finalmente, si bien la renta básica no se opone en absoluto al empleo, permite superar este impasse político en el que se opta por proteger las actividades económicas con consecuencias ecológicas, sanitarias o sociales nefastas, en nombre del empleo que dichas actividades crean. Se sacrifica incluso la lucha contra el cambio climático en nombre de la defensa del empleo. Con una renta básica y otras formas eficaces de protección social —subsidios de desempleo, derecho a la capacitación, e incluso derechos de giro sociales, como lo propone, por ejemplo, Gazier (2005)—, el responsable de las decisiones políticas podrá estar más dispuesto a adoptar las medidas ambientales o sanitarias que se imponen sin tener que preocuparse por sus consecuencias en los empleos existentes.

La renta básica ideal

8Idealmente, la renta básica podría estar «en el más alto nivel sostenible» (Van Parijs 1996). Su financiamiento debería pesar fundamentalmente sobre todos los ingresos que están asociados a las rentas de situación más que a un trabajo. Por ejemplo, habría que gravar más las ganancias de los monopolios de internet (Facebook, Google, Amazon, Uber, Airbnb, etc.), que obtienen una renta colosal gracias a su posición de monopolio «natural». También habría que gravar mejor el patrimonio, como propone Thomas Piketty (2013), y en particular el patrimonio inmobiliario y de la tierra, que procura rentas colosales a los propietarios en las zonas densas y que, al estar insuficientemente gravado, amplifica los fenómenos de especulación. El patrimonio de la tierra (agrario) fue de hecho el primer vector de las desigualdades de la época de Thomas Paine, y este quería gravarlo con derechos de sucesión del 20 por ciento, redistribuidos a todos bajo la forma de una dotación a la mayoría y de una pensión de jubilación. La renta básica también podría ser costeada mediante una reforma de la creación de dinero, y comenzar, por ejemplo, pagando directamente a los individuos el dinero recién creado por el Banco Central Europeo (BCE) para su quantative easing (expansión cuantitativa), en lugar de usarlo para volver a comprar a los bancos sus títulos de deuda.

9Sin embargo, una mejor contribución de las multinacionales de internet, del patrimonio o la reforma de la creación de dinero, si bien son necesarias para obtener una renta básica cercana al umbral de pobreza, parecen difíciles de conseguir a corto plazo. Hoy, las multinacionales en general pagan mucho menos impuestos sobre la renta que las pequeñas y medianas empresas (Chavagneux 2010). Para minimizar sus impuestos, saben cómo competir entre los países potencialmente destinatarios de sus inversiones con el fin de obtener ventajas fiscales, como lo demuestra especialmente el escándalo de Luxleaks, que está ciertamente lejos de ser un caso aislado. Consiguen también utilizar todos los mecanismos de la optimización fiscal, del uso abusivo de los nichos como el crédito fiscal para la investigación o la manipulación de los precios de transferencias para declarar los beneficios en los países con bajos impuestos.

10Así, si se quiere mejorar la fiscalidad en las multinacionales, es necesaria una mejor coordinación fiscal entre los países, poner fin a los paraísos fiscales, incluso establecer un impuesto de sociedades a escala europea. Esta misma falta de coordinación fiscal entre los países también impide la implementación de un real impuesto sobre el patrimonio. En cuanto a la reforma de la creación de dinero, es una batalla política de largo recorrido.

11Si bien es difícil a corto plazo quitar el freno —sobre todo geopolítico— que impide implementar una renta básica de un monto «elevado», sería necesario empezar por implementar una renta básica, incluso de un monto equivalente a la actual Renta de Solidaridad Activa (RSA). Y esto debe hacerse desde ahora. Posteriormente, se podrá tratar de aumentar el monto a medida que se consiga gravar mejor los beneficios de las multinacionales o el patrimonio de los hogares.

Implementar una renta básica ahora

12La propuesta a corto plazo consiste en implementar una renta básica del monto de la actual RSA para una persona sola (524 euros en 2016) a partir de los dieciocho años de edad. Esta renta básica solo reemplazaría la RSA y la nueva prima de actividad, implementada desde enero de 2016. Los subsidios de vivienda se mantendrían tal como están. Por supuesto, la renta básica no reemplazaría el sistema de seguro de desempleo ni el sistema pensional. Puede eventualmente deducirse de su monto, al igual que se deducirá del subsidio para el adulto discapacitado o de la pensión mínima de vejez.

13Esta renta básica se financiaría con el impuesto sobre la renta, que se retendría en la fuente desde el primer euro ganado; la tasa sobre el primer rango variaría entre el 23 y el 30 por ciento, según la base impositiva y los parámetros adoptados. Con el tiempo, una mejor fiscalidad de los beneficios de las multinacionales o del patrimonio de los hogares podría reemplazar el impuesto sobre la renta o añadirse a él. Un financiamiento solo mediante el impuesto sobre la renta permite, en un primer momento, no tener que esperar a que progrese la coordinación fiscal entre países para iniciar una renta básica.

14La reforma para implementar esta renta básica puede hacerse de una sola vez, mediante una ley única, o paso a paso, mediante una sucesión de reformas que comienzan con la RSA: la automatización, individualización y la universalización de la RSA para obtener una renta básica. Presentaremos aquí la progresión por etapas por razones pedagógicas, porque no solo permite desmitificar la renta básica, sino también dar cuenta de numerosas ventajas que ofrece la reforma, con la renta básica en relación, particularmente, con el sistema actual de la RSA y de los impuestos sobre la renta.

15La primera etapa es la automatización del pago de la RSA y de la nueva prima de actividad [1]; es decir, asegurar que todos los que actualmente tienen derecho a la RSA la reciban automáticamente, sin siquiera tener que solicitarla. Esto iría a la par con la abolición de la obligación de buscar un empleo para recibir la RSA, así como la abolición del principio de subsidiariedad que obliga al beneficiario a solicitar la ayuda de su familia antes de solicitar la RSA. Entonces pondríamos fin a la falta de demanda [2].

16El informe Sirugue sobre la reforma de las pensiones mínimas sociales, presentado al primer ministro en abril de 2016, propone avanzar hacia la automatización simplificando los procedimientos para beneficiarse de la RSA, pero no llega a suprimir el procedimiento de la solicitud y la condición de búsqueda de empleo (Sirugue 2016).

17El segundo paso consiste en individualizar la RSA. La individualización puede ser parcial o total. La individualización parcial significaría que una pareja sin ingresos no recibiría una RSA de pareja, pagada a la «cabeza de familia» e igual a 1,5 veces la RSA de un soltero, sino que cada uno de los cónyuges recibiría su renta básica. La individualización total de la RSA implicaría que una persona sin ingresos, en pareja con una persona que pueda satisfacer sus necesidades, seguiría beneficiándose de la RSA, independientemente de los ingresos de su cónyuge. Así, se aseguraría una verdadera autonomía de cada persona en la pareja, autonomía que se vuelve vital cuando se trata, por ejemplo, de huir de un marido violento.

18En efecto, el sistema socio-fiscal actual perpetúa las relaciones de dependencia dentro de la pareja. En las parejas con ingresos asimétricos, la persona con ingresos se beneficia de una reducción de impuestos si vive en pareja con una persona con ingresos escasos o nulos, según el principio del cociente conyugal. Se supone que debe garantizar la subsistencia de su cónyuge. Por lo tanto, se trataría de que el cónyuge sin ingresos tenga derecho a la RSA, mientras que la ventaja fiscal que proporciona el cociente conyugal al cónyuge con ingresos se reduciría o incluso se suprimiría. Pero esto implica necesariamente una reforma del impuesto sobre la renta.

19Una vez obtenida la RSA, cuyo pago es automatizado para quienes tienen derecho a ella, e individualizada —aunque sea de manera incompleta—, ya solo faltaría universalizar la RSA para obtener una renta básica. Esta universalización de la RSA se financia con un impuesto sobre la renta, recaudado desde el primer euro ganado, a una tasa de entre el 23 y el 30 por ciento —según la base impositiva utilizada— en el primer rango y luego progresivo, a partir de un umbral superior.

¿Cuesta demasiado la renta básica?

20A pesar de que finalmente sea bastante simple, este paso de una RSA a una renta básica universal es lo más difícil de concebir para muchos, pues se le critica su colosal presupuesto. En efecto, la medida aumentaría el gasto público en 179 000 millones de euros, es decir, el 8,4 por ciento del PIB [3].

21Tales cifras podrían llevar a los hogares más privilegiados a oponerse radicalmente a la implementación de una renta básica, ya que temerían ser los perdedores de la reforma. Si queremos aumentar los impuestos de los hogares más privilegiados, hay que ser conscientes de su capacidad para movilizarse políticamente para evitarlo.

22Para evitar que el paso a la renta básica fracase debido a una movilización política de los más ricos, tal vez sea preferible que su implementación se lleve a cabo sin ninguna reducción —o en su caso, moderada— de sus ingresos. Esto no impedirá un aumento posterior del impuesto sobre la renta o el patrimonio elevados, pero esto será independiente de la cuestión de la renta básica.

23Es precisamente posible pasar a la renta básica modificando poco o nada la redistribución actual, dependiendo de los parámetros fiscales elegidos. Para entender esto, basta con comparar el mecanismo de redistribución con una renta básica con el efectuado hoy por la RSA y el impuesto sobre la renta. Una persona sola sin ingresos puede reclamar hoy unos 465 euros de RSA [4]. Por cada euro adicional ganado, la RSA para esa persona disminuye en 0,38 euros. A partir del salario mínimo, esta persona ya no tiene derecho a la RSA y comienza a pagar el impuesto sobre la renta [5]. ¿Qué sucede con esta misma persona con la renta básica? Si no tiene ingresos, recibe la renta básica en lugar de la RSA. Con cada aumento de sus ingresos de actividad, su renta básica no disminuye, pero se cobra un impuesto sobre la renta. Si no se quiere cambiar la redistribución actual, se mantendría el primer rango en el 38 por ciento, pero entonces se tendría un sistema fiscal decreciente, puesto que el rango siguiente estaría gravado con el 14 por ciento. Por lo tanto, sería lógico crear un impuesto con un primer rango amplio gravado con una tasa entre el 32 y el 30 por ciento (según la base impositiva elegida), y con rangos superiores más gravados. Se aumentarían, entonces, los ingresos disponibles de los trabajadores de bajos salarios.

Presupuesto bruto y presupuesto neto de una renta básica de 465 euros en 2013(1),(2),(3),(4),(5)

Población adulta52 millones
Adultos beneficiarios de una pensión de jubilación (1)-13,8 millones
Adultos desempleados indemnizados (2)-2,5 millones
Beneficiarios del subsidio para adultos discapacitados (3)-1 millón
Número de adultos que «aún no reciben» su renta básica (A)34,6 millones
Monto mensual de la renta básica465 euros
Monto anual de la renta básica (B)5580 euros
Presupuesto bruto (C = A x B)193 00 millones
RSA (excluyendo el suplemento para hijos) (4)10 000 millones
Prima de empleo2500 millones
Becas estudiantiles (5)1900 millones
Total de las políticas sociales reemplazadas por la renta básica (D)14 400 millones
Presupuesto neto de la renta básica (E = C – D)178 900 millones

24Por supuesto, la reforma va de la mano con una retención en la fuente. Se puede señalar por otra parte que la existencia de un primer rango amplio que comience a partir del primer euro ganado y gravado a una tasa única (entre el 23 y el 30 por ciento) facilita enormemente la retención en la fuente. En efecto, el riesgo de errores de cálculo y de pagos retroactivos a final de año aumenta con la multiplicación de los rangos. Al implementar un primer rango muy amplio —los rangos superiores permiten que este impuesto sea progresivo—, se reduce en gran medida el riesgo de error en las retenciones en la fuente y el monto de las regularizaciones al final del año fiscal.

25Para volver a la cuestión del presupuesto bruto de la renta básica, supuestamente demasiado elevado, hay que decir que no tiene ninguna importancia, ya que solo cuentan los efectos redistributivos y los efectos incitativos (efectos sobre el comportamiento de los agentes económicos). Algunos, como de Basquiat y Koenig, proponen que la renta básica pueda tomar la forma de un crédito fiscal (Basquiat y Koenig 2014). Se obtendrían, entonces, efectos redistributivos comparables [6], pero no habría un gran aumento del gasto público en la contabilidad nacional, pues el crédito fiscal no se contabilizaría como una deducción ni como un gasto. Pero esto no cambia en nada que el hecho de que se vea o no un gran aumento del gasto público no tenga absolutamente ninguna consecuencia económica, con efectos redistributivos equivalentes.

26Más allá de la cuestión del presupuesto que figura en la contabilidad nacional, cabe preguntarse si es prudente fusionar la recaudación de impuestos y el pago de la renta básica, pues esta puede adoptar la forma de un crédito fiscal sobre aquella. El impuesto sobre la renta deducido en la fuente es pagado directamente por el empleador a la oficina de impuestos —al menos para los trabajadores asalariados. La renta básica, por el contrario, es pagada directamente a los individuos. La fusión de estas dos transferencias, en las que participan tres actores diferentes (el Estado, el empleador y el individuo), correría el riesgo de aumentar los errores y la no correspondencia entre los ingresos netos efectivamente recibidos (o pagados) por el individuo y su situación, y, por lo tanto, perpetuar la incertidumbre que padecen hoy muchos beneficiarios de la RSA con ingresos variables (Boget 2013). Por el contrario, pagar la renta básica al individuo cada inicio de mes y retener en la fuente el impuesto sobre la renta cada final de mes reduciría en gran medida esta incertidumbre. Esto nos lleva a preferir separar la recaudación del impuesto del pago de la renta básica, y excluir así la vía de la renta básica como crédito fiscal.

¿Qué tipo de reforma fiscal?

27Ciertamente, es posible financiar la renta básica con un nuevo impuesto específico sobre la renta, además del actual impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPP, en sus siglas en francés) y la contribución social generalizada (CSG), que se recaudaría desde el primer euro ganado y estaría limitado al nivel del monto de la renta básica percibida, umbral a partir del cual la transferencia neta suplementaria es cero. Pero sería preferible aprovechar la renta básica para llevar a cabo una vasta reforma fiscal, con una fusión del IRPP y la CSG. Por lo tanto, se trataría de la fusión de la CSG, un impuesto proporcional sin nichos, con el IRPP, un impuesto progresivo, de base familiar y con nichos. Nuestro nuevo impuesto resultante de tal fusión y recaudado desde los primeros euros ganados debe ser progresivo, ¿pero debe ser individualizado o por familia? [7] ¿Y habrá que mantener los nichos fiscales?

28La individualización total del impuesto sobre la renta llevaría a un aumento muy grande de este para los hogares muy privilegiados con ingresos muy asimétricos (aquellos en los que un cónyuge proporciona la mayor parte de los ingresos) [8]. Puede considerarse justo aumentar los impuestos de los hogares más privilegiados que aprovechan al máximo la ventaja procurada por el cociente conyugal, pero también existe la preocupación de que esos hogares se movilicen políticamente y consigan frustrar el proyecto de la renta básica o lo acepten a costa de una disminución de la progresividad del impuesto.

29Si se piensa que el cociente conyugal es el garante del impuesto progresivo, entonces puede ser preferible mantener un cociente conyugal, es decir, la solidaridad de la pareja en la declaración de impuestos. Renta básica individual e impuesto conyugal son compatibles en cuanto la renta básica se incluya en la renta gravable (Cauneau et al. 2016), lo que la convertiría en una renta primaria (Monnier y Vercellone 2006).

30Sobre los «nichos fiscales» (gastos fiscales) en el impuesto sobre la renta, en 2015 representaban un lucro cesante para el Estado de 34 000 millones de euros [9]. Es posible mantenerlos en el nuevo impuesto sobre la renta, ajustando la forma en que se calculan para asegurar que continúen representando el mismo monto. A propósito, señalemos que, al proceder de esta manera, estos nichos fiscales favorecerían los hogares más modestos que hoy no pagan el IRPP y, por lo tanto, no se benefician o se benefician muy poco de estos nichos.

31También podría hacerse el inventario de los nichos fiscales, eliminar los que parecen prescindibles y reemplazar otros con subvenciones directas. Cabe recordar que ciertos nichos desempeñan un papel de protección social y favorecen a los hogares medios, como la reducción de los costos de cuidado de los hijos o de los gastos de acompañamiento de personas dependientes (Zemmour 2013). Estos gastos fiscales pueden mantenerse o cambiarse a otras formas de subvención pública. Podría, por ejemplo, reemplazarse con el suministro de un bono de servicio universal para cada hijo, que permita pagar su cuidado o los gastos de inscripción en actividades extraescolares, y un bono de servicio para las personas mayores o dependientes. Esta forma de subvención otorgaría un derecho igual a cada individuo, mientras que los nichos fiscales actuales tienen la particularidad de ser antirredistributivos (Cauneau et al. 2016).

Diversificar las fuentes de financiamiento o aumentar el monto

32Si se implementan todas estas reformas, tendremos, entonces, una renta básica al nivel de la actual RSA, financiada únicamente con el impuesto sobre la renta. Pero este no es necesariamente el objetivo final. Una vez validado este paso, será posible diversificar las fuentes de financiamiento mejorando la tributación sobre los beneficios de las multinacionales o aumentando el impuesto sobre el patrimonio de los hogares. Este suplemento de recursos fiscales podrá servir para aumentar el monto de la renta básica o para reducir la tasa de impuestos marginal sobre los primeros euros ganados. La primera vía aumentaría la renta disponible de los individuos sin ingresos; la segunda, aumentaría la de los trabajadores con salarios bajos, en particular los trabajadores de tiempo parcial. Incluso podría alentar a los trabajadores a reducir su tiempo de trabajo remunerado y así favorecer una mejor distribución de los empleos existentes.

33Pero, antes de llegar a esta etapa, la prioridad sigue siendo comenzar a la implementación de una renta básica, aunque en un principio sea de un monto modesto.

Notes

  • [1]
    También sería necesario volver a fusionar estos dos subsidios, separados desde la sustitución de la RSA de actividad por la prima de actividad, para una mejor comprensión por parte de los beneficiarios.
  • [2]
    Un estudio de 2010 mostró que un tercio de las personas que tenían derecho a la RSA básica y dos terceras partes de los que tenían derecho a la RSA de actividad (sustituida desde enero de 2016 por la prima de actividad) no la solicitaban (Warin 2011).
  • [3]
    Para simplificar la reflexión sobre el presupuesto, también se plantea la hipótesis ad hoc de que la renta básica se deduce de las prestaciones del subsidio para los adultos discapacitados (AAH, por su sigla en francés), la pensión mínima de vejez, los subsidios de desempleo y las pensiones, de modo que las transferencias totales recibidas por estos no cambian.
  • [4]
    De la RSA básica de 524 euros se deduce el subsidio de vivienda de sesenta euros, que no es recibido por la mayoría de los beneficiarios de la RSA.
  • [5]
    Precisemos que esta persona paga la CSG al 8 por ciento, deducido en la fuente desde el primer euro ganado.
  • [6]
    Los efectos redistributivos no dependen de la renta básica, sino de los parámetros elegidos del impuesto sobre la renta. Las propuestas de de Basquiat y Koenig incluyen también otras reformas fiscales que nos parecen antirredistributivas, como la supresión del impuesto sobre las sociedades, la implementación de un impuesto sobre la renta proporcional (flat tax) único, sin progresividad, o incluso la supresión de ciertos nichos fiscales que cumplen una función de protección social, como la reducción de los gastos de cuidado de los hijos o de acompañamiento de una persona dependiente.
  • [7]
    Se propone cambiar el cociente familiar (cociente por hijo) por subsidios familiares, implementando eventualmente un subsidio fijo por hijo, «una renta básica por hijo».
  • [8]
    La disminución de los ingresos disponibles podría alcanzar un máximo de unos 14 000 euros al año.
  • [9]
    «Annexe au Projet de Loi de Finances pour 2015. Évaluation des voies et des moyens, tome II : dépenses fiscales». https://www.performance-publique.budget.gouv.fr/sites/performance_publique/files/farandole/ressources/2015/pap/pdf/VMT2-2015.pdf.
Español

Si bien es difícil a corto plazo quitar el freno —sobre todo geopolítico— que impide implementar una renta básica de un monto «elevado», sería necesario, no obstante, empezar por implementar una renta básica, incluso de un monto equivalente a la actual renta de solidaridad activa (RSA). Esto debe y puede hacerse ya. Este artículo explica cómo, paso a paso.

Bibliografía

Jean-Éric Hyafil
Uno de los líderes del Mouvement Français pour un Revenu de Base (MFRB - Movimiento Francés por una Renta Básica). Ha escrito numerosos artículos sobre la renta básica, así como sobre la CPA (Cuenta Personal de Actividad) y la justicia ambiental. Están disponibles en el sitio del MFRB: http://revenudebase.info.
Subido a Cairn Mundo el 24/08/2021
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