Texto completo
Veintiséis años después de la caída de la democracia en su país, un grupo de exiliados chilenos informó al magistrado español Baltasar Garzón de que Pinochet se encontraba de visita en Londres. Garzón emitió inmediatamente una solicitud de extradición al Gobierno británico para interrogar a Pinochet por violaciones de los derechos humanos cometidas contra ciudadanos españoles durante los años en que había gobernado en Chile (Lutz y Sikkink, 2001b: 12). La decisión fue como una descarga de energía para los defensores de los derechos humanos de todo el mundo y un faro de esperanza para el desarrollo de una ley de jurisdicción universal (Lutz y Sikkink, 2001a; véase también Davis, 2003).
Aunque el secretario de Interior británico, Jack Straw, permitió finalmente el regreso de Pinochet a su país, los acontecimientos que habían sucedido en Madrid y Londres desencadenaron lo que Ellen Lutz y Kathryn Sikkink (2001a, b) denominaron una «cascada de justicia». En Argentina, el infame torturador Carlos Guillermo Suárez Mason, que había eludido durante años el proceso judicial, fue detenido por la sustracción de los hijos de los desaparecidos en Argentina (2001b: 20-21). En México, las autoridades detuvieron al capitán de navío argentino retirado Miguel Cavallo cuando el avión en que viajaba a Buenos Aires se detuvo a repostar en Cancún. En Italia, los magistrados siguieron adelante con la causa criminal, congelada durante años, contra Suárez Mason, Omar Santiago Riveros y cinco oficiales argentinos más por el asesinato de cinco argentinos de ascendencia italiana (p…
Esquema
Autor
