1 ¿Qué tienen en común el desarrollo psíquico del bebé y el del adolescente? ¿Qué influencia tiene la historia del bebé en la construcción del adolescente? ¿Cómo revisita el adolescente sus recuerdos de la infancia? La narratividad constituye un hilo conductor de la historia del sujeto a partir del cual el catedrático Bernard Golse nos conduce a una nueva comprensión del bebé, del adolescente y de los vínculos entre estas diferentes etapas de la vida.
2 Golse se inscribe en la línea de los fundadores de la psiquiatría infanto-juvenil psicoanalítica, como Serge Lebovici, Michel Soulé o René Diatkine.
3 En estos tres ámbitos, Golse ha hecho una contribución psicoanalítica determinante:
- El bebé, su desarrollo y sus avatares psicopatológicos tempranos.
- El autismo
- La adopción
5 El vínculo es lo que conecta estos tres ámbitos:
- La activación del aparato psíquico del bebé, así como el estudio de cómo el bebé llevará a cabo sus primeros vínculos y cómo se los representará mentalmente.
- El autismo es una situación en la que los menores fracasan, total o parcialmente, a la hora de crear estos vínculos con su entorno.
- La adopción es una situación paradigmática que nos muestra cómo un niño debe crear estos vínculos con adultos que no lo han concebido, pero que se posicionan ante él como sus padres para toda la vida.
Bebés y adolescentes
7 Del bebé al adolescente la cuestión del vínculo es tan central como enigmática.
8 A lo largo de toda su vida, el sujeto trata de separarse sin arrancarse, estar en pareja sin perderse en la fusión.
9 La narratividad inscribe al sujeto en su historia. La terapia consiste en establecer el vínculo.
10 La temática conocida en Francia como bébés/ados (bebés/adolescentes) trata de profundizar en la cuestión de las convergencias que existen entre el funcionamiento psíquico de los adolescentes y el de los bebés.
11 Esta cuestión despierta el interés de muchos terapeutas, tal y como ha quedado demostrado por el éxito continuo de los diferentes simposios sobre este tema organizados en estrecha colaboración por Alain Braconnier (especialista en adolescentes), Manuelle Missonnier (representante de la revista Le carnet-psy) y el propio Golse.
12 Se trata por tanto de una temática influyente, relacionada con los efectos del après-coup inherentes al desarrollo.
13 Los bebés no son solo futuros adolescentes, y los adolescentes no son meros bebés viejos.
14 Los bebés no saben que un día serán adolescentes, y los adolescentes no piensan ya en el bebé que fueron. De ahí la importancia de la dinámica dialéctica que vincula estas dos edades de la vida.
15 La manera en la que los adolescentes entrarán un día en la parentalidad (es decir, los bebés que, tal vez, tendrán un día) depende en parte de su historia temprana y de los ajustes posteriores de esta (es decir, los rastros de los bebés que fueron).
16 Hablar de los bebés a los adolescentes parece por consiguiente útil, no solo para prepararlos lo mejor posible para su propia y eventual parentalidad futura, sino también para llamar su atención sobre la importancia de la vida psíquica preverbal.
17 Esto abre en consecuencia el camino para una ayuda en el acceso a la parentalidad y, al mismo tiempo, para un respeto de la vida psíquica en todas sus formas.
18 Teniendo en cuenta el malestar social actual, la cuestión no es en absoluto banal y, probablemente, encontraremos en ella una posibilidad real de prevención de la violencia que se ha convertido, lamentablemente, en un auténtico problema de salud pública (individual y colectiva).
19 Mediante la evocación de tres artículos, difíciles de elegir entre los 918 que Golse ha publicado hasta la fecha, intentaremos hacer un homenaje a un pensamiento que rompe barreras y crea vínculos al servicio de los cuidados.
Construir colaborativamente con el bebé una historia que le precede

20 ¿Basta que nazca el bebé para que exista? El bebé llega a un mundo que le preexiste y su historia en devenir se inscribe en una historia que el adulto tiene la importante misión de transmitirle. ¿Quiere esto decir que el bebé es un ser pasivo que escucha esta historia sin participar en ella? El bebé no es un mero lactante. Desde el nacimiento se abre al mundo con la curiosidad de un erudito, que mide la extensión de lo que le falta por aprender. El rostro del otro retiene por ejemplo toda su atención.
21 «Estos encuentros constituyen precisamente la historia del menor y le permitirán escribir su historia, teniendo al adulto como coautor. En ese sentido hablo del encuentro entre el adulto y el bebé como de un espacio de relato», subraya Golse.
22 En la adolescencia, el cuerpo del adolescente se vuelve enigmático para él. Antes eran los cuidados maternales los que reactivaban la seducción originaria cuya fuerza de atracción conocemos, basada a la vez sobre afectos de fascinación y de terror. Ahora son sus propios funcionamientos corporales los que reactivan en él esa situación de seducción originaria.
23 Asistimos así, en los adolescentes, a una especie de interiorización progresiva del enigma; el enigma que constituye la madre para el bebé se convierte ahora en un enigma que viene de su propio cuerpo.
24 Del bebé al adolescente, el enigma fascina porque suscita una cuestión existencial. Las tentativas de suicidio en la adolescencia tal vez puedan aprehenderse como un intento de escapar a la respuesta estructurante del enigma.
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«Nuestras historias de bebés nos siguen hasta nuestras historias de amor»

26 ¿Qué ocurre en la cabeza de un bebé? ¡Qué inusitada agitación, la del nacimiento! El bebé llega a nuestro mundo, lleno de personas y de objetos. Al principio es acogido por una multitud de personas en un entorno que no conoce.
27 ¿Qué observa y qué experimenta? ¿En qué piensa? Ya ha quedado atrás el tiempo (desafortunadamente no tan lejano) en el que había quien se tranquilizaba pensando que el bebé no pensaba, una postura a la defensiva que trataba de protegerse de la idea de que el bebé analiza su mundo y que memoriza ciertas estrategias de él.
28 Golse da la palabra a los bebés reconociéndoles una vida psíquica. Nos recuerda que acceder a la percepción del mundo del bebé «solo es posible a través de las identificaciones regresivas con nuestras partes infantiles más arcaicas». Las resistencias que experimentamos a la hora de considerar al bebé como una persona están probablemente vinculadas, por el contrario, al temor de despertar nuestras emociones infantiles reprimidas.
29 La esfinge planteaba a Edipo un enigma. La madre, implícitamente, plantea tres al bebé, que Golse explicita del siguiente modo:
- ¿Es tan bella por dentro como por fuera?
- ¿Suele ser así?
- ¿Qué es este espacio que no soy yo ni es ella?
31 Estas cuestiones desconciertan por su pertinencia existencial, pero son menos sorprendentes cuando captamos los conocimientos del bebé que ellas activan:
- El recién nacido descubre y encuentra a su madre inmediatamente: piel con piel, el olor y la voz son la ocasión de un encuentro con cierto aroma a algo ya experimentado.
- El bebé descubre progresivamente que él y el otro son dos.
- Las interacciones tempranas revelan al bebé que para la madre existe otro lugar. Es el lugar del tercero, del otro. Nuevo enigma para el bebé, que se encuentra en rivalidad con un tercero, a quien difícilmente logra identificar, a pesar de ser una necesidad fundamental para él.
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El derecho a una historia del menor adoptado o los desafíos terapéuticos de la narratividad

34 Este espléndido artículo teórico-clínico ilustra los desafíos terapéuticos de los conocimientos sobre la narratividad. ¿Implica la búsqueda de los orígenes un conocimiento absoluto de las primeras etapas de la vida del bebé? ¿Es una ilusión querer acceder al inicio de la historia de un sujeto? ¿Dónde comenzar? ¿Dónde detenerse? La tentación de un «momento cero» existe para los padres de los menores adoptados: una historia que comenzaría con la adopción. Para los padres, no se trata tanto de rechazar la historia anterior de su hijo como de un deseo profundo de inscribir al menor adoptado en el linaje de los padres adoptivos.
35 Esto se ve, sin embargo, confrontado con una realidad psíquica y sensorial del bebé, que comenzó su vida en otro lugar, con otras personas.
36 El trabajo terapéutico consistirá en aportar una continuidad psíquica a los sujetos: tanto en el caso del niño como en el de los padres.
37 Inscribir la historia del sujeto en otro lugar le da la posibilidad de inscribirse en un ahora. Y para los padres se tratará de darse el permiso de salir de una rivalidad simbólica acerca de la legitimidad del ser padres, que estaría relacionada con el fantasma «del presente desde el principio».
38 Una narratividad flexible que no sea rígida.
39 La historia del sujeto, pasada y futura, nunca está definitivamente escrita. El espacio terapéutico puede ser la ocasión de una ensoñación compartida sobre los orígenes que integra zonas de sombra enigmáticas que transforman la búsqueda desesperada de los orígenes en una reconquista de la propia historia.
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Traductor: Yago Mellado Lopez, Editores: Jaime Velásquez y María Florencia Fernández, Editor senior: Mark Mellor