CAIRN-MUNDO.INFO : Mundo Plural
Dossiers de Cairn

Los jóvenes y las redes sociales

Siendo un fenómeno radicalmente nuevo, la inmersión de los nativos digitales en las redes sociales es objeto de inquieta atención y de profundas investigaciones por parte de sociólogos y psicólogos. El objetivo de los investigadores suele centrarse en poner a prueba las ideas recibidas para matizarlas, invalidarlas o confirmarlas. En este dossier presentaremos aproximaciones muy diferentes.


logo curateur

En Volumen 1, Número 3, 2021

image dossier

1 Siendo un fenómeno radicalmente nuevo, la inmersión de los nativos digitales en las redes sociales es objeto de inquieta atención y de profundas investigaciones por parte de sociólogos y psicólogos. El objetivo de los investigadores suele centrarse en poner a prueba las ideas recibidas para matizarlas, invalidarlas o confirmarlas. En este dossier presentaremos aproximaciones muy diferentes que dan fe de la riqueza de contenidos de las revistas en francés al respecto.

2 El primer artículo, escrito por un especialista en ciencia política, busca poner a prueba la idea de que los jóvenes son prisioneros de burbujas informacionales que tienden a reforzar sus prejuicios. Muestra, a través de una encuesta, que no es el caso ni de los estudiantes que siguen los planes de estudios más selectivos ni de los estudiantes que siguen los planes de estudios menos selectivos, a menudo procedentes de entornos populares, pero por diferentes razones.

3 Un segundo artículo, redactado por un colectivo de médicos clínicos y terapeutas, gira en torno al riesgo de que las redes sociales puedan ejercer un efecto contagioso en las conductas suicidas de los adolescentes y, a pesar de ello, concluye que estas redes ofrecen en realidad una oportunidad para la prevención del suicidio.

4 Un tercer artículo, de un antropólogo argentino, ilustra el papel positivo de las redes sociales, en las prácticas de creación cultural, para jóvenes masivamente sujetos a la precariedad laboral.

5 Una psiquiatra y psicoanalista explora a continuación el problema del «hastío» entre los adolescentes, problema agudizado de manera manifiesta por la exposición a las redes sociales.

6 Para terminar, un sociólogo investiga acerca de Snapchat, una aplicación con unos índices de implantación en el mercado entre los jóvenes de 12 a 17 años que la coloca hoy por hoy por delante de Facebook o Instagram. Y damos la palabra a un joven doctorando neozelandés que estudia las conductas suicidas de los adolescentes de su país.

7  

8 Nuestra selección

9 Julien Boyadjian, Charles-Edouard Notredame, Nestor Garcia Canclini.

10 Y también: Dominique Texier, Yann Bruna.

11 Carta blanca a Jacobo Picardo.

© Mircea Iancu, Pixabay

Una nueva relación con la información

12 Se ha dicho y escrito mucho: los nativos digitales, inmersos en el universo de las redes sociales, son particularmente vulnerables a las fake news (noticias falsas) y tienden a informarse solamente en las fuentes que refuerzan sus opiniones. Esa es particularmente la tesis del estadounidense Eli Pariser, cuyo libro El filtro burbuja (2017) ha conocido un gran éxito. Pero diversos trabajos universitarios recientes vienen a «relativizar o incluso invalidar estas hipótesis», escribe Julien Boyadjian, investigador de Sciences Po Lille (Instituto de Estudios Políticos de Lille), en la revista Réseaux. Cita en particular el estudio de Nir Grinberg y de sus colegas, aparecido en la revista Science en 2019. Según este estudio, los mayores consumidores de fake news son los internautas de más edad y más politizados (y en su mayoría cercanos al bando republicano). Apoyándose principalmente en los trabajos de Pierre Bourdieu y François Dubet, Julien Boyadjian observa que «la “juventud” no es una categoría social y culturalmente homogénea». Para aclarar la relación de los jóvenes con la información ha realizado una encuesta presencial entre estudiantes franceses, unos en planes de estudios selectivos, otros en cursos que engloban una importante proporción de estudiantes procedentes de los colectivos populares y de las clases medias.

13 Un dato común a los dos públicos es «la caída de la lectura regular de la prensa escrita impresa, en todas sus formas» (prensa gratuita incluida).

14 En las redes sociales, los estudiantes procedentes de los entornos populares manifiestan «poco interés por la actualidad política e internacional». Dicho de otra forma, «son más proclives a la no información que a la desinformación». Se interesan sobre todo en los sucesos, las noticias deportivas y «lo que está en boca de todos». Y están muy poco expuestos a las fake news.

15 Los estudiantes de planes de estudios selectivos (dejando aparte los planes de estudios científicos, no estudiados en la investigación) se distribuyen en dos categorías: los «apasionados», politizados, y aquellos que tienen ante todo una relación «utilitaria» con la información. En las redes sociales los «apasionados» multiplican sus fuentes de información. Son también «más propensos a seguir medios cuya línea editorial no está de acuerdo con su postura política», sin por ello leerlos demasiado ni «compartirlos» con sus amigos. Los otros, los que tienen una relación utilitaria con la información, ven ante todo en las redes sociales una «herramienta de seguimiento» relacionada con las obligaciones escolares. Y comparten mucho menos. De una forma general, concluye el autor, internet ha contribuido a «liberalizar el mercado de las opiniones» de los estudiantes de los planes de estudios selectivos.

Julien Boyadjian es profesor titular de ciencias políticas en Sciences Po Lille – CERAPS (Instituto de Estudios Políticos de Lille – Centro de Estudios e Investigaciones Administrativas, Políticas y Sociales). Ha publicado Analyser les opinions politiques sur Internet. Enjeux théoriques et défis méthodologiques. París: Dalloz, 2016.

16

Leer el artículo

MIDTESOL 2020 Conference – Community at a Crossroads: The Right to Education

«Suicidicosmos» y «terapeutas en línea»

17 En Francia, los jóvenes entre 15 y 24 años pasan más de treinta minutos diarios en las redes sociales (datos de 2018). Esta práctica modifica las modalidades de acceso a la información, pero también las de las relaciones con los demás, en particular con sus pares. Ahora bien, estos nuevos modos de socialización también han «contribuido a la aparición de amenazas inéditas, por su naturaleza o por su amplitud, para la salud mental de los jóvenes», escribe un colectivo de especialistas en jóvenes suicidas en la revista L’information psychiatrique. Puede constatarse «la difusión en las redes sociales de anuncios de suicidio y de comportamientos autoagresivos llevados a cabo en ilustraciones o vídeos con una fuerte carga emocional». Y estos contenidos pueden «servir como cebo para los jóvenes más vulnerables». Hay asimismo casos de «mala voluntad más explícita» que pueden conducir a «incitaciones al suicidio mediante desafíos». Máxime cuando el ciberacoso, que «afectaría al 10-40% de los adolescentes, multiplicaría por dos el riesgo de tentativa de suicidio». Este conjunto de factores puede llevar a la constitución de «suicidicosmos», de los que «puede resultar un fenómeno de co-rumiación colectiva y de identificaciones recíprocas susceptibles de allanar el camino del contagio suicida».

18 Sabemos, por otra parte, que las tentativas de suicidio y los suicidios entre los jóvenes «se asocian casi sistemáticamente a un trastorno psiquiátrico». Necesitan tener acceso a un «consejo especializado», pero este acceso se topa con una actitud a menudo marcada por una «negación de la necesidad de ayuda» alimentada por un «sesgo de autosuficiencia»: tienen tendencia a «sobrestimar sus capacidades para hacer frente a la adversidad». Desde este punto de vista, las redes sociales pueden, a pesar de todo, desempeñar un papel positivo. Muchos jóvenes las utilizan para intentar apaciguar su sufrimiento compartiendo su experiencia y encontrando informaciones pertinentes.

19 De hecho, en Francia se observa una significativa disminución del número de casos de suicidio desde hace diez años (-30%). Pero el suicidio «sigue representando la segunda causa de mortalidad evitable entre los jóvenes de 15 a 25 años». Los diez especialistas que firman este artículo, y que se presentan como «terapeutas en línea», han concebido un proyecto de ayuda terapéutica en línea llamado Elios (Équipe en ligne d’intervention et d’orientation pour la prévention du suicide - Equipo en línea de intervención y de orientación para la prevención del suicidio). Dan los detalles de este proyecto, que debería estar operativo a comienzos del año 2021. Si los resultados son concluyentes podría ampliarse para incluir a los menores de 15 años y a los adultos de más de 25. Elios «será el primer dispositivo de prevención en salud mental enteramente adaptado a las modalidades de interacción de los adolescentes y los adultos jóvenes en el espacio digital».

El primer firmante, Charles-Edouard Notredame, es psiquiatra en el Centro Hospitalario Universitario de Lille (CHU – Centre Hospitalier Universitaire de Lille). Otros ocho firmantes están también radicados en Lille, integrados en el CHU y/o en el Centro Nacional de Recursos y Resiliencia (Centre national de ressources et de résilience). El dispositivo Elios estará «integrado en el centro VigilanS del CHU de Lille».

20

Leer el artículo

Tranmautritam, Negative Space

Carta blanca a Jacobo Picardo

«Un arma de doble filo»

21

¿Está comprobado que el auge de los medios sociales ha incrementado las tasas de suicidio entre los adolescentes?
En primer lugar tenemos que entender que las conductas autolesivas pueden ser suicidas o no suicidas, y a pesar del solapamiento obvio (el daño físico), son de hecho dos comportamientos diferentes, motivados por factores diferentes. La mayoría de los estudios que investigan los contenidos relacionados con la autolesión que se encuentran en los medios sociales concuerdan en que esos contenidos parecen representar en general autoagresiones no suicidas, habitualmente imágenes de cortes de gravedad leve o moderada en brazos o piernas. No obstante, determinar la intencionalidad de tales contenidos es todo un desafío; habría que preguntar directamente a quienes publican tales contenidos, y hasta ahora la investigación no ha conseguido hacerlo.
Además, también es todo un desafío establecer si los usuarios han decidido autolesionarse porque se ven influenciados por tales contenidos (efectos de «contagio» o «imitación»). A partir de la evidencia disponible, los investigadores tienen serias preocupaciones en cuanto a los efectos dañinos o negativos que tales contenidos disponibles en las redes pueden producir, pero dicha evidencia viene principalmente de estudios correlacionales, poblacionales, por lo que deberíamos ser cautos al hablar del efecto contagio como una relación causa-efecto. Los estudios correlacionales basados en encuestas enfatizan la relación positiva entre una exposición a contenidos en línea sobre autolesiones y comportamientos autolesivos fuera de internet, así como la correlación entre el aumento en las tasas de suicidio entre jóvenes y el uso de medios sociales. No obstante, la pregunta de si los usuarios jóvenes se autolesionan (independientemente de la intención) porque se dejan influenciar por contenidos de autolesión o si se implican con esos contenidos porque ya estaban en riesgo de suicidio y autolesión (causalidad inversa) sigue sin respuesta. Los estudios posteriores tendrán que preguntar directamente a los usuarios de internet que se implican con esos contenidos sobre su experiencia y cómo se relacionan con sus propias tendencias suicidas y conductas autolesivas fuera de internet. Mi investigación actual explora estos asuntos. Estoy entrevistando adultos jóvenes en Wellington (Nueva Zelanda) con antecedentes de implicación con contenidos en línea relacionados con la autolesión o el suicidio y antecedentes de autolesión o conductas suicidas. Estoy tratando de comprender mejor este fenómeno desde la perspectiva de los usuarios.

22

¿Diría que Nueva Zelanda presenta alguna especificidad en este sentido?
Los registros de Nueva Zelanda muestran que los jóvenes maoríes (la población indígena de Nueva Zelanda) ostentan las mayores tasas de suicidio del país. El suicidio es un problema complejo y multifacético, y como decíamos antes, aunque esté parcialmente relacionado me parece difícil de aceptar que un mayor uso de los medios sociales sea la causa principal que explique el auge de dichos comportamientos. En principio, otros factores sociales y culturales más profundos pueden estar jugando un papel mucho más relevante para explicar este asunto, incluyendo cuestiones relativas a la colonización. Dejando a un lado el hecho de ser un investigador de doctorado extranjero, carezco de información o experiencia sobre los suicidios de los maoríes en Nueva Zelanda. Además, por desgracia hay pocos trabajos publicados acerca de cómo usan los maoríes los medios sociales, y ninguno acerca de cómo los usan en relación con el suicidio, un claro vacío en nuestro conocimiento actual de la cuestión que necesita una investigación más profunda.

23

¿Cree que los medios sociales pueden ayudar a prevenir suicidios entre la gente joven?
Sí, eso pienso. Hasta ahora, los adultos jóvenes con los que he hablado sobre el tema aquí en Wellington hablan de internet y de los medios sociales como de un «arma de doble filo». Por una parte, los usuarios son conscientes de que algunos contenidos pueden resultar perturbadores para ellos o para otros, que en algunos casos pueden funcionar incluso como «detonantes», o que pueden llevarlos a «una ratonera» (algunos participantes lo llamaron así), donde las cosas con las que ya estaban luchando antes podían volverse peores. Los usuarios son conscientes de eso y tienden a ser cautelosos a la hora de elegir qué páginas visitan, qué publican o cómo lo publican (usando mensajes de advertencia, por ejemplo), para prevenir o atenuar los efectos negativos potenciales que dicho contenido pudiera tener en ellos o en los demás.
Por otra parte, los usuarios con dificultades en su vida fuera de internet encuentran un espacio seguro en la red para desahogarse sobre sus dificultades, informarse y aprender acerca de lo que están experimentando fuera de internet de una forma en la que no pueden hacerlo en su vida real. Los usuarios de la red dicen con frecuencia haber encontrado una comunidad digital de apoyo en la que se sienten escuchados y en la que los otros usuarios «se preocupan de verdad» por ellos y por lo que están pasando. Además, los usuarios publican y se involucran a menudo en línea para ayudar a otros que pueden estar pasando por problemas similares, y al mismo tiempo reciben ayuda de otros en esas comunidades. Los usuarios encuentran recursos de ayuda en línea y el apoyo que necesitan, y pueden aprender de otros sobre distintas maneras de lidiar con sus problemas.
Una de mis participantes, que solía autolesionarse y luchaba con pensamientos y conductas suicidas en el pasado, me dijo que en su experiencia «sí, debemos ser cautos con este asunto en internet, pero que el simple hecho de involucrarse con contenidos no es suficiente para que uno vaya y empiece a autolesionarse o decida meterse en conductas suicidas, uno tiene que tener dificultades antes con algún asunto, y problemas». La gente joven tiene que estar en una posición vulnerable para que esos contenidos sean un riesgo para ellos. La pregunta sigue siendo, entonces, ¿de verdad los índices de suicidio y autolesión entre la gente joven están subiendo por la proliferación de los contenidos sobre autolesiones o suicidios en internet? ¿O es que se pueden encontrar más contenidos sobre autolesiones o suicidio en internet porque hay más usuarios con dificultades previas de este tipo? En última instancia, tal vez si esas personas vulnerables sintieran que pueden hablar abiertamente sobre sus dificultades y encontraran a otra gente a la que le importaran y pudiera darles el apoyo que necesitan en su vida real fuera de internet, quizás no acudirían a la red para buscar este tipo de contenidos.

Jacobo Picardo está finalizando un doctorado sobre «las conductas suicidas y los medios sociales» en la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda.

24  

Un joven brasileño comprueba el nuevo centro informático de la ciudad de Cabralia, Brasil

Una palanca cultural extraordinaria

25 He aquí un hecho puesto de relieve con poca frecuencia: internet y las redes sociales transforman las relaciones que los jóvenes mantienen con la creación cultural, y de una manera totalmente positiva. En la revista Problèmes d’Amérique latine, el antropólogo argentino Néstor García Canclini descifra esta compleja evolución a partir de encuestas realizadas desde 2012 en España y en América Latina. Su punto de partida es la transformación de la vida urbana en un contexto económico que institucionaliza el trabajo precario. «La creatividad desarrollada solitariamente se articula en grupos y redes gracias a la interconectividad digital. Las nociones de intimidad y sociabilidad cambian en las escenas de Facebook y Twitter». Néstor García Canclini hace referencia a su colega Francisco Cruces, cuyas «observaciones se alejan de quienes se alarman ante el temor de que la publicidad y el consumo estén subordinando lo personal al mercado». Muestra cómo los jóvenes, armados con su teléfono inteligente y su ordenador, cortocircuitan las instituciones culturales heredadas del viejo mundo, para hacerse productores autónomos. Con ello, encarnan los nuevos «imaginaros urbanos», que «se condensan ahora en el nodo, la red, los flujos, las conexiones» . De esta manera, «los creadores jóvenes producen nuevas tendencias culturales trabajando por proyectos, moviendo sus intereses a través de la red y circulando con fluidez entre los saberes formales y los informales, las relaciones on y offline, el trabajo y la sociabilidad festiva». Estas observaciones se encuentran con las conclusiones de Rosalía Winocur, autora de un estudio de campo titulado Robinson Crusoe ya tiene celular (2009): el teléfono móvil ayuda a «conjurar las incertidumbres urbanas». Néstor García Canclini establece también la relación con la emergencia en México, en Brasil y en otras partes de iniciativas de economía solidaria y movimientos de protesta orquestados a través de las redes sociales. Y son los jóvenes, considera el antropólogo, «los que conducen o participan más creativamente en las tecnologías digitales en casi todas las áreas de la creación y la comunicación cultural». Nacidos «con internet en su cuarto» (dice un profesor entrevistado), los jóvenes de hoy son «cosmopolitas, muy versátiles para desempeñarse en oficios diversos, usan intensamente las redes sociales para informarse y cooperar anudando comunidades nacionales e internacionales donde consiguen trabajos y expanden sus productos». Al mismo tiempo, enfrentados a la precariedad, están habituados a la «organización de la vida en proyectos y al desvanecimiento de la noción de carrera».

Néstor García Canclini es un antropólogo argentino asentado en México. Es el autor de Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. México: Grijalbo, 1989.

26

Leer el artículo

pxhere.com

Para leer también en francés en Cairn.info

El hastío de los mileniales

27 Como nos recuerda el célebre poema de Baudelaire, el hastío no es una invención reciente. Entre los adolescentes es casi una constante. Pero para la psiquiatra infanto-juvenil Dominique Texier, la «generación digital» otorga a este «afecto» nuevas formas y significados. En la revista Enfances & Psy explora como psicoanalista un tema en el que nos revela profundas complejidades. Por regla general, el hastío se manifiesta como un marcador que relaciona dos polos, el de «la queja neurótica», en la que el sujeto formula una petición y «hace un llamamiento al Otro», y el de «la queja melancólica, en la que se guarda el tema para sí mismo, sin pedir ayuda». Pero además, más allá del sentimiento subjetivo, el hastío es explotado por «el ámbito de lo sociopolítico», es objeto de discursos reprobadores o, al contrario, valorizantes (el hastío como fuente de creatividad). Esto es así particularmente en periodos de crisis, cuando «el agotamiento de los valores ideológicos dominantes genera angustias e inquietudes». Siendo la adolescencia un periodo de crisis en sí misma, el hastío afecta a los jóvenes por partida doble. Refleja un sufrimiento en relación con el cuerpo en desarrollo y en relación con los valores de la familia y de la escuela, a la vez que es percibido como «un barómetro de la integración del sujeto en la vida social». Con todo, lo que caracteriza el universo de los adolescentes de hoy es al mismo tiempo la inmersión en lo digital y el hecho de enfrentarse a «la obligación del disfrute» de una sociedad consumista. «El hastío delata la tristeza que se deduce de esta obligación social de disfrute, pero traduce además […] una posición defensiva de repliegue frente a esta exhortación». Y además «lo digital modifica la relación del sujeto con lo representado y con lo real». Por ello, lo digital «introduce una nueva modalidad de aburrimiento […]: el hastío, el afecto por el vacío, es una respuesta a esta invasión de signos que aparecen por doquier y superan la posibilidad de […] tratarlos con distanciamiento». En conclusión, la psiquiatra infanto-juvenil considera que el hastío es «uno de los factores que explican las manifestaciones antisociales del adolescente […] Sería en gran medida responsable de sus violencias, de la búsqueda de emociones cada vez más fuertes». Subraya que «hay análisis sociológicos que interpretan así la implicación de algunos jóvenes con la lucha yihadista».

Snapchat en la adolescencia

28 La penetración de Snapchat entre los adolescentes franceses supera ya la de Facebook, WhatsApp o Instagram. En 2017, el 54% de los jóvenes entre 12 y 17 años utilizaban la aplicación. A diferencia de otras redes sociales, Snapchat no incluye un perfil de usuario, «me gusta» o «seguidores». Su funcionamiento se basa en una mensajería «efímera» (fotos y textos) que requiere, por ello, de una atención especial, pero también se basa en toda una serie de incitaciones a esquivar este carácter efímero para instituir diversas formas de continuidad con los interlocutores. En la revista Réseaux, el sociólogo Yann Bruna (UPPA - Universidad de Pau et des Pays de l'Adour) describe los resultados de una encuesta cualitativa en profundidad llevada a cabo entre diecisiete adolescentes de entre 12 y 18 años con el objeto de interpretar sus usos de Snapchat.

29 Para fidelizar a su público (y asegurarse los ingresos publicitarios correspondientes) la aplicación ofrece una serie de recompensas, y también un indicador cuantitativo, el fuego, así como emoticonos que expresan el nivel de constancia de una relación e «incitan a los jóvenes a intercambiar contenidos con sus contactos cada veinticuatro horas como mínimo» a riesgo de perderlos. Así, el emoji «corazón» evoluciona con el tiempo y «la menor falta puede cambiar su sentido». La aplicación propone también la posibilidad de hacer una captura de pantalla que permite conservar una imagen o un texto (el interlocutor es informado de la captura de pantalla). Snapchat crea las condiciones para una dependencia, una «servidumbre voluntaria», escribe Yann Bruna, organizada por la dinámica de una manifestación (y con frecuencia de una puesta en escena) de un yo en busca de reconocimiento y de fidelidad relacional.

Traducido y revisado por Cadenza Academic Translations
Traductor: Victor Zamorano Blanco, Editor: Yago Mellado Lopez, Editor sénior: Mark Mellor

Siendo un fenómeno radicalmente nuevo, la inmersión de los nativos digitales en las redes sociales es objeto de inquieta atención y de profundas investigaciones por parte de sociólogos y psicólogos. El objetivo de los investigadores suele centrarse en poner a prueba las ideas recibidas para matizarlas, invalidarlas o confirmarlas. En este dossier presentaremos aproximaciones muy diferentes.



Subido a Cairn Mundo el 23/08/2021
Citar artículo
Distribution électronique Cairn.info pour Cairn.info © Cairn.info. Tous droits réservés pour tous pays. Il est interdit, sauf accord préalable et écrit de l’éditeur, de reproduire (notamment par photocopie) partiellement ou totalement le présent article, de le stocker dans une banque de données ou de le communiquer au public sous quelque forme et de quelque manière que ce soit.
keyboard_arrow_up
Chargement
Cargando... por favor, espere...