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La oleada evangélica en América Latina

En la década de los setenta, el 90 % de los latinoamericanos eran católicos. Según los datos más recientes, ahora no son más del 65 %. En parte, este cambio se debe al aumento de los no creyentes en las clases con acceso a la educación (especialmente en Chile), pero principalmente se explica por el extraordinario éxito de las Iglesias evangélicas en América Central, en Brasil y más recientemente en México.


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En Volumen 1, Número 1, 2021

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1 En la década de los setenta, el 90 % de los latinoamericanos eran católicos. Según los datos más recientes, ahora no son más del 65 %. En parte, este cambio se debe al aumento de los no creyentes en las clases con acceso a la educación (especialmente en Chile), pero principalmente se explica por el extraordinario éxito de las Iglesias evangélicas en América Central, en Brasil y más recientemente en México. Mientras que la Iglesia católica, dividida entre renovadores y conservadores, ha ido perdiendo el contacto con los sectores populares, los evangélicos reclutan a sus fieles principalmente entre los más pobres, incluyendo a las comunidades indígenas y afrodescendientes, aunque ahora también están penetrando en las clases medias. Sus Iglesias están muy divididas y tienen tendencia a fragmentarse, pero algunas de ellas se han convertido en ricas y poderosas empresas, que operan en simbiosis con el mundo político y extienden sus redes a escala internacional. Son muy conservadoras y contribuyen al endurecimiento político en las cuestiones sociales.

2 Si bien la investigación francesa en ciencias sociales se ha nutrido más del estudio del movimiento evangélico en África que en América Latina, no deja de mostrarse activa con respecto a este continente, como demuestran los artículos que aquí presentamos. Gran parte de estos trabajos de investigación se refieren a Brasil, que es considerado un verdadero laboratorio para el estudio de estas transformaciones. El foco está puesto en el análisis de la ideología evangélica y los métodos implementados por sus Iglesias, pero también se analizan los problemas de la Iglesia católica. Algunos de estos artículos no son nuevos y deben apreciarse teniendo en cuenta la fecha en que fueron escritos. Otros son lo suficientemente recientes como para arrojar luz sobre el evento crucial que representó la elección de Jair Messias Bolsonaro en 2018.

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4 Nuestra selección

5 José Darío Rodríguez Cuadros, Jesús García-Ruiz, Patrick Michel, Jean-Pierre Bastian, Monique de Saint-Martin, Marion Aubrée.

6 Carta Blanca: Lamia Oualalou.

Culto, Catedral Mundial da Fé, Rio de Janeiro, Brasil 2005/ Roberto Filipe

Los “patógenos de la pobreza”

7 Hoy solo el 65 % de los latinoamericanos se declaran católicos, contra el 90 % de principios de la década de los setenta. La razón de esto se halla, en parte, en un aumento de los no creyentes, pero especialmente en el fuerte crecimiento de los evangélicos. En Brasil, el país que aún cuenta con más personas bautizadas en el mundo, los evangélicos ya representan el 26 % de la población, observa José Darío Rodríguez Cuadros en la revista Hérodote. En los países centroamericanos, superan el 30 % y podrían convertirse en mayoría. La excepción es el caso de Chile, donde el retroceso del catolicismo se explica principalmente por el aumento del número de no creyentes, asociado a una reducción sostenida del índice de pobreza. En otros países, la Iglesia católica, dividida entre renovadores y conservadores, fue perdiendo el contacto con los sectores populares, dejando el terreno libre a los evangélicos.

8 ¿Quiénes son? Rodríguez Cuadros, que era estudiante de doctorado en Ciencias Políticas cuando publicó este artículo, en 2018, se alinea con el punto de vista del politólogo estadounidense Timothy Steigenga. En América Latina, el término “evangélico” se refiere a todos los protestantes, ya sea de antigua o reciente data: metodistas, presbiterianos, episcopales, luteranos, mormones, adventistas del séptimo día y testigos de Jehová, así como pentecostales y neopentecostales, que son las dos comunidades más activas. Entre los pentecostales, que llegaron de los Estados Unidos, las iglesias “más representativas” son las Asambleas de Dios, la Iglesia Cristiana Cuadrangular y The Church of God. Entre los neopentecostales, “las más famosas” son la Iglesia Universal del Reino de Dios, Elim y El Verbo.

9 La incorporación a estas Iglesias se basa en la “conversión”, que es particularmente efectiva en los medios urbanos populares y, cada vez más, entre los miembros de las comunidades indígenas y afrodescendientes, entre todos los que están expuestos a lo que el estadounidense R. Andrew Chesnut denomina “patógenos de la pobreza”. En Brasil y Centroamérica, el proselitismo es impulsado desde los medios, ya que las Iglesias han invertido en canales de radio y televisión. Aunque estas Iglesias tienden a fragmentarse (según Jens Koehrsen, un creyente puede cambiar de Iglesia cada tres o cuatro años), las más poderosas y acaudaladas sacan ventaja, en particular las “megaiglesias neopentecostales”, que funcionan como grandes empresas en simbiosis con el mundo político. Todas estas Iglesias mantienen “una ideología muy conservadora” que les permite “consolidar su éxito en las elecciones”: el 20 % de los diputados brasileños son evangélicos. Y no dudan en recurrir a la corrupción, lo cual algún día podría jugar en su contra, escribe Rodríguez Cuadros.

José Darío Rodríguez Cuadros es Doctor en Ciencia Política de la École des hautes études en sciences sociales (EHESS) (Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales)/Centre d’études sociologiques et politiques Raymond Aron (Cespra) (Centro de Estudios Sociológicos y Políticos Raymond Aron). También es investigador del Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep), Bogotá, Colombia.

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Coreto de Meier, Rio de Janeiro, Brasil, 2010/ Regiane Hedler

La ideología de la “nación cristiana”

11 Desde la década de los noventa, las iglesias pentecostales y neopentecostales de Brasil y de otras partes de América Latina, incluyendo a Chile, no se han limitado a apoyar a los candidatos en las elecciones, sino que han presentado sus propios candidatos. Para comprender su participación en la vida política, es importante analizar su discurso. Esto es lo que hacen los sociólogos de las religiones Jesús García-Ruiz y Patrick Michel en la revista Etudes. Todas estas Iglesias tienen una orientación conservadora y, en particular, están en contra del aborto y el matrimonio homosexual. Más allá de eso, han desarrollado una ideología de la “nación cristiana”. En Perú, por ejemplo, el pastor Humberto Lay, que se postuló a la presidencia, “considera que ha llegado el momento para los evangélicos de emprender grandes proyectos, puesto que han recibido ‘las naciones en herencia’”. En Guatemala, Harold Caballeros, quien fundó su propio partido, dice: “la finalidad y la motivación de nuestras vidas es construir una nación cristiana, una nación santa”. En ese mismo país, el predicador Jorge López llama a “proclamar a Jesús para transformar la nación”. En Brasil, Edir Macedo, quien dirige la poderosísima Iglesia Universal, hace “una lectura política del Antiguo Testamento”. Los autores analizan los diversos movimientos de oposición a este avance del evangelismo político, para concluir que han sido relativamente ineficaces. El arzobispo de Salvador de Bahía califica el alejamiento de los católicos hacia otras confesiones de “impresionante y masivo”. El arzobispo de Sao Pablo, por su parte, habla de una “huida silenciosa”. Sin embargo, se escuchan voces discordantes dentro del movimiento evangélico mismo, ya que la simbiosis con la política genera, a la vez, corrupción e ineficacia en la lucha contra la pobreza. “La irrupción en la política [...] podría resultar muy peligrosa para el futuro de todo el movimiento”.

Jesús García-Ruiz es antropólogo, Director emérito de investigación en CNRS. Patrick Michel es sociólogo de religiones, Director de investigación en CNRS y Director de estudios en EHESS.

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Culto en el Centro de Fe Emanuel de las Asambleas de Dios en Cancún, México, 2012/ Rayttc

Carta blanca a Lamia Oualalou

“México está en la situación de Brasil hace 20 años”.

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¿Le parece que el evangelismo, que nació en las clases trabajadoras, se está ganando a las clases medias en Brasil?
Antes que nada, debemos ponernos de acuerdo sobre qué entendemos por “clases medias”, ya que no es comparable el caso de Europa y el de un país donde las desigualdades son tan evidentes como Brasil. Aquí el término “clase media” se aplica a lo que en Francia serían clases acomodadas.
Dicho esto, está claro que los evangélicos han prosperado entre los pobres o, para ser más precisos, entre los excluidos. Lo que permitió que las Iglesias evangélicas se establecieran en todo el país es la ausencia del Estado (y de la Iglesia católica, por diversas razones), en un contexto de desempleo, violencia, soledad, familias rotas y desarraigo vinculado al éxodo rural hacia las periferias. En relación con las décadas de los setenta y ochenta, ya estamos en una segunda o tercera generación. Esto significa que el crecimiento evangélico ahora se da menos por la conversión que por el hecho de haber nacido en el seno de una familia evangélica (o al menos en una familia en la que la madre es evangélica, ya que el papel de esta es decisivo en la elección de la religión de su descendencia). Cuando los hijos superan la línea de pobreza, pasan a formar parte, no tanto de una clase media, lo que implicaría cierta estabilidad y un capital cultural, a los que no tienen acceso, sino de una clase de trabajadores que comienzan a acceder al consumo y ya no se perciben como el nivel más bajo de la escala. Es lo que durante los años de Lula se llamaba la “nueva clase media”. Un sector que probablemente vuelva a caer con rapidez en la pobreza (es lo que está sucediendo hoy), pero con jóvenes que tienen acceso a la universidad y pueden volver a levantarse mañana. Ellos no necesariamente son evangélicos practicantes, pero sí lo son culturalmente, sobre todo en la medida en que la izquierda, en particular el Partido de los Trabajadores, no entendió en absoluto la expansión evangélica y la trató con desprecio, haciendo que se alejara aún más. Por otra parte, esas personas que salieron de la pobreza encuentran una justificación en el discurso evangélico sobre el éxito individual (la “teología de la pobreza”). Esto va en contra de una lógica sindical y colectiva que sigue siendo el argumento de la izquierda, a pesar de la uberización de la sociedad.

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¿Cómo explica que en México se haya mantenido más del 80 % de población católica?
La resistencia del catolicismo en México tiene varias explicaciones. En primer lugar, los datos disponibles pueden ser resultado, en parte, de un problema estadístico. Al igual que Brasil, México organiza un censo cada diez años, y, hasta el último, no era sencillo reconocerse como evangélico, ya que las preguntas formuladas no eran claras e inducían a declararse católico. Basta con ir a los barrios populares de la Ciudad de México, o a las zonas limítrofes (el norte, con los Estados Unidos, sector de predominio evangélico, y el sur, con Guatemala y el resto de América Central, donde las Iglesias evangélicas son cruciales), para comprobar que el peso de las Iglesias evangélicas es cada vez mayor. Sin que el resto de la población esté prestando atención a ello, estamos, en cierta forma, en la situación de Brasil hace 20 años. La subvaloración debería cambiar este año, ya que el censo comenzó con criterios más rigurosos, aun con las dificultades que plantea el Covid-19.
Además, hay un apego mucho más fuerte a la religión católica en México que en Brasil, probablemente relacionado en parte con la importancia, aún más central, de la familia y todas las ceremonias vinculadas a ella (bautismo, casamiento, Navidad, etc.). A pesar de que el Estado moderno mexicano se construyó en contra de la Iglesia católica, con masacres a principios del siglo pasado, el poder político y colonial se ha mezclado, durante siglos, con el de la Iglesia, y los mexicanos se unieron en torno a la figura de Nuestra Señora de Guadalupe.
Por último, hay otras razones para la formidable expansión de los evangélicos en Brasil en comparación con México. Por un lado, todos los procesos en Brasil son muy rápidos, para bien o para mal. Esta es una peculiaridad de América Latina, frente a la cual está México, donde la inercia es mucho mayor. Por otro lado, hay que destacar la importancia del papel que tuvieron los medios de comunicación en Brasil para instalar las Iglesias evangélicas en todas partes: primero la radio, luego la televisión e internet. En México, los evangélicos no han tenido acceso a los medios hasta ahora. Esto podría cambiar, ya que el presidente Andrés Manuel López Obrador lo está considerando.

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¿Es probable que el régimen de Bolsonaro en Brasil aumente aún más la influencia de los evangélicos en ese país?
Es como la historia del huevo y la gallina: Bolsonaro debe su elección, en buena parte, a los evangélicos, a quienes supo utilizar hábilmente, y ahora está en deuda con ellos. Aunque era católico, se hizo bautizar por un pastor evangélico en 2016, y el resto de su familia (su esposa, sus hijos) son seguidores de Iglesias neopentecostales. No abandona la religión católica, pero juega con la confusión y afirma ser un presidente “cristiano”. Los diez millones de votos que le permitieron ganar las elecciones son evangélicos, aun cuando su éxito también puede explicarse por el colapso de los partidos tradicionales, el hecho de mantener a Lula en prisión y muchos otros factores. Desde el anuncio de los resultados, el 18 de octubre de 2019, Bolsonaro tomó nota del peso de este electorado, pero también de las redes que lo manipulan, como los medios de comunicación de la Iglesia Universal, y transformó en una oración su primera aparición pública como Presidente electo. Una oración dirigida por un pastor y transmitida a todas las pantallas. Los actores políticos evangélicos se han manifestado desde los primeros días para obtener favores, que adquieren muchas formas. En primer lugar, las tradicionales: aún más exenciones de impuestos para los pastores y las iglesias, aún más libertad de acción en los medios de comunicación (a pesar de que teóricamente está prohibido por la Constitución). Por primera vez, obtienen puestos clave en el ejecutivo, en particular la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), que les permitirá extender su trabajo misionero en la Amazonía. Obtienen el apoyo simbólico del Presidente, que ahora asiste a las gigantescas Marchas por Jesús, un hecho sin precedentes de parte de un Jefe de Estado, que además les ha prometido que el próximo juez nombrado a la Corte Suprema será “terriblemente evangélico”. En el Congreso, aprovecharon la incapacidad del Presidente para negociar e impusieron una agenda cada vez más conservadora (en salud y educación en particular) a cambio de su apoyo a las reformas económicas. Bolsonaro, sin partido, ya que tuvo que abandonar el que le permitió postularse para las elecciones presidenciales, hoy depende mucho más de los evangélicos, ya que sus hijos se han unido al PRB, el brazo político de la Iglesia Universal. En pocas palabras, gracias a él, los evangélicos tienen más posibilidades en el terreno político, económico, social y cultural. Pero no hay que excluir un efecto boomerang si la presidencia termina en un naufragio. La crisis económica, el Covid-19 y la incompetencia general pueden costarle caro al Jefe de Estado, y eso podría tener consecuencias para los evangélicos, especialmente para sus líderes religiosos y políticos, si quedan demasiado vinculados con ese fracaso. Eso podría suceder a escala federal, pero también en las ciudades: la gestión catastrófica de Río de Janeiro por parte de Marcelo Crivella, alcalde y obispo de la Iglesia Universal, podría volverse en contra de esta última. Hay que tener en cuenta que la adhesión al discurso evangélico está débilmente motivada por razones espirituales. Para la enorme mayoría de los brasileños, es una red de seguridad cuando se ven excluidos de todos los demás mecanismos de protección de la sociedad.


Lamia Oualalou, DR
 
Lamia Oualalou es periodista especializada en América Latina. Ha vivido en Brasil y actualmente vive en México. Publicó Jésus t'aime, la déferlante évangélique, en Éditions du Cerf, en 2018.

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Templo de Salomão em São Paulo Brasil, 2014, Vitor Mazuco

“Vendedores de votos”

17 Hacer hincapié en el declive del catolicismo para pensar el avance del evangelismo es engañoso, explica el sociólogo de religiones Jean-Pierre Bastian en la revista Outre-Terre. Por un lado, el catolicismo se ha “‘pentecostalizado’ de manera dinámica, reintroduciendo el milagro, el exorcismo y la taumaturgia, que formaban parte de su bagaje religioso”. Una muestra de ello es “el surgimiento de curas carismáticos que hasta pueden competir con los ‘profetas’ pentecostales”. Y en cierto modo, el pentecostalismo se vuelve a conectar con ese viejo “bagaje religioso” del catolicismo. Por otro lado, la creciente simbiosis entre las Iglesias evangélicas y el Estado está en total consonancia con la tradición de simbiosis entre el Estado y la Iglesia católica. En efecto, a lo largo de los siglos xix y xx, “floreció un activo catolicismo nacional”. En realidad, en cuanto a “la declaración pentecostal [...] , se trata más de una continuidad que de una ruptura con respecto a las mentalidades religiosas católicas”.

18 Lo cual no quita que el éxito fenomenal de los evangélicos haya sido “inesperado” y que su influencia en la vida política sea impresionante. Un símbolo de ello: en julio de 2014, la presidenta Dilma Rousseff asistió a la inauguración del Templo de Salomón de la Iglesia Universal del Reino de Dios, en San Pablo, junto al Gobernador del stado de San Pablo y el alcalde de la ciudad. Esa Iglesia, fundada en 1977, se ha convertido en una multinacional, con 1,8 millones de miembros y 6000 templos solo en Brasil. Por su parte, las Asambleas de Dios, cuya implantación se remonta a principios del siglo xx, cuentan con casi 12 millones de adeptos.

19 Este éxito se explica, en gran medida, según Jean-Pierre Bastian, por la persistencia del “carácter vertical de las relaciones sociales” en Brasil, “desde lo alto hasta lo bajo de la escala social”. Se perpetúa a través de “cadenas de lealtad, reciprocidad y dependencia”, que favorecen “las relaciones de patronazgo y las redes clientelares”. Los evangélicos se integraron perfectamente a ese sistema. Por un lado, exaltan una “fusión emocional comunitaria” al reunir a los excluidos “en torno al líder-profeta”, a quien los creyentes manifiestan su gratitud mediante donaciones, mientras adoptan “un lenguaje —la glosolalia y la alabanza— inaceptable para la sociedad dominante”. Por otro lado, se transformaron en “vendedores de votos”, que cambian el apoyo de sus fieles por puestos políticos y privilegios. Paradójicamente, esto se traduce en una “confesionalización de la política y de la sociedad”.

Jean-Pierre Bastian es profesor de Sociología de las Religiones, en la Universidad de Estrasburgo.

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Papa Francisco chega à Basílica de Aparecida, Brasil, 2013/ Marcelo Camargo

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Disponible también en francés en Cairn.info

Un nuevo extremismo

22 La elección de Jair Messias Bolsonaro como Presidente de la República de Brasil reveló y reforzó la influencia de los evangélicos en este país. También condujo a la radicalización de una amplia fracción del movimiento, alimentando un nuevo extremismo. Esta transformación fue comentada en 2019, en la revista Raison présente, por la socióloga Monique de Saint-Martin, de la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales (École des Hautes Études en Sciences Sociales). Un mes antes de la primera vuelta de las elecciones, en septiembre de 2018, el candidato había sido herido de una puñalada. Este hecho “alimentó una forma de fanatismo religioso”, señala la socióloga. Numerosos pastores evangélicos “declararon que el candidato había escapado de la muerte por una ‘decisión divina’”. Llegaron a organizar grupos de oración para celebrar el “milagro”. Bolsonaro, de origen católico, se hizo bautizar en 2016 en las aguas del Jordán por un pastor. Después de referirse a los elementos en común de las diversas tendencias de la doctrina evangélica —en particular, la “teología de la prosperidad”, que promete enriquecimiento y progreso social a cambio de las donaciones de los fieles—, Monique de Saint-Martin menciona también su “heterogeneidad”, para luego describir en detalle la oleada de proselitismo “extremista” y “fundamentalista” que se ha extendido en Brasil desde las elecciones. Las redes sociales fueron su principal vehículo. La escuela, su blanco preferido. El movimiento Escuela sin Partido rechaza la teoría de la evolución y plantea prohibir el uso de la palabra “género”. Además, fomenta con éxito la denuncia de profesores y estudiantes “marxistas”. Los Gladiadores del Altar, una milicia de jóvenes creada en 2015 por la Iglesia Universal, con uniforme militar, gritan a coro mientras avanzan hacia el altar: “Gracias Señor, hoy estamos aquí listos para la batalla [...]. Somos gladiadores de tu altar. Todos los días nos enfrentamos al infierno”.

El impacto incierto del Papa Francisco

23 ¿Las posiciones del Papa Francisco tienen algún efecto en la actitud de los evangélicos brasileños con la Iglesia católica? Esa es la pregunta que busca responder la antropóloga Marion Aubrée en la revista Outre-Terre. Después de referirse a la historia de la implantación de los protestantes en Brasil desde la segunda mitad del siglo xix (luteranos, anglicanos, metodistas, etc.) hasta llegar a los neopentecostales, presenta el resultado de una investigación personal realizada en ese país en 2015 y, a partir de entonces, mediante lecturas de textos escritos por evangélicos. Por tradición, estos ven al catolicismo como una “falsa religión”, como repite Edir Macedo, dirigente de la Iglesia Universal. A sus ojos, el único intermediario real entre Dios y los hombres es Jesús, y, desde ese punto de vista, el Papa es un engaño. Sin embargo, la llegada al Vaticano de un papa latinoamericano con una inspiración diferente a la de sus predecesores “parece haber cambiado un poco su visión de la Iglesia católica”, escribe Marion Aubrée. Apreciaron que Francisco cuestionara explícitamente el dogma de la infalibilidad pontificia y diera un paso hacia el ecumenismo, por ejemplo, al ingresar a un templo local de la Asamblea de Dios en Río de Janeiro. La reafirmación por parte del Papa de ciertas posiciones conservadoras, como su condena de la homosexualidad y sus reservas sobre la anticoncepción, también fue bien recibida. En cambio, los evangélicos no entienden que Francisco no cuestione el celibato de los sacerdotes y sacan a relucir los escándalos del Vaticano.

Traducido y revisado por Cadenza Academic Translations
Traductor: Lelia Gándara, Editor: Patricia Cohan, Editor sénior: Mark Mellor

En la década de los setenta, el 90 % de los latinoamericanos eran católicos. Según los datos más recientes, ahora no son más del 65 %. En parte, este cambio se debe al aumento de los no creyentes en las clases con acceso a la educación (especialmente en Chile), pero principalmente se explica por el extraordinario éxito de las Iglesias evangélicas en América Central, en Brasil y más recientemente en México.



Subido a Cairn Mundo el 23/08/2021
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